“Artículo primero: no te aliarás nunca con el Partido Verde Ecologista de México”. Así debería comenzar la Constitución Moral que están redactando tres miembros del movimiento lopezobradorista por encargo del Presidente electo. Y es que el Verde es lo peor que ha producido la política mexicana en las últimas dos décadas. Más que un partido, son un negocio. Tienen un modelo empresarial muy exitoso: aliarse con los ganadores para medrar desde el poder. Gracias a sus alianzas con el PAN, PRI y, ahora, Morena, se han hecho multimillonarios.
Como siempre, los verdes están en lo suyo: el oportunismo más nauseabundo que existe. Eso no debería sorprendernos. Lo asombroso es que la hayan pegado de nuevo con una alianza con los que prometieron “regenerar” la vida pública del país: Morena, un movimiento que hizo campaña con un discurso moral. Discurso que resultó muy popular por el hartazgo ciudadano con la corrupción que, como nadie, representan los verdes.
Morena arrasó en las pasadas elecciones de julio y, en cuanto tomaron posesión del Poder Legislativo, se aliaron con el Verde. Muchos ya habíamos cuestionado la veracidad de Andrés Manuel López Obrador y Morena de moralizar la vida pública al ver cómo se le unían personajes de dudosa ética como Manuel Bartlett, Napoleón Gómez Urrutia, Nestora Salgado, René Bejarano, Elba Esther Gordillo, Víctor Hugo Romo y Rigoberto Salgado. Me consta que a varios lopezobradoristas honestos, convencidos con el discurso de la moralización, les incomodaban estos personajes.
Sin embargo, se tragaban estos sapos con el argumento maquiavélico de que “el fin justifica los medios”. Había que realizar pactos diabólicos para llegar al poder y, desde ahí, cambiar al país. Bueno, pues ahora tendrán que tragarse al Verde, lo más vomitivo que ha producido la política en décadas.
¿El fin justifica los medios?
Gracias a los cinco diputados que le cedió el Verde a Morena, éste tendrá mayoría en la Cámara de Diputados. Asegura, así, el dominio de los órganos directivos que definen la agenda legislativa. Y, como sabe cualquier estudiante de ciencia política de primer semestre, el que controla la agenda controla el poder. Maquiavelo estaría muy orgulloso de López Obrador, Monreal y Delgado. Si París bien valió una misa, pues el control absoluto de la Cámara Diputados justifica un abrazo con el “finísimo” Niño Verde y su adlátere, Manuel Velasco, gobernador sustituto de él mismo.
Pero hay más. El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) sólo lo aprueba la Cámara de Diputados. Se trata del instrumento legal más importante del gobierno. Ahí veremos las prioridades de la próxima administración. Ya anunciaron una reestructuración de 500 mil millones de pesos para financiar dos programas sociales y varios proyectos de infraestructura. Vamos a ver si les cuadran las cuentas sin incrementar impuestos ni deuda pública como prometieron. En todo caso, ya con su mayoría de diputados, Morena podrá hacer y deshacer el PEF en los próximos tres años sin incluir a ningún otro partido en la negociación, salvo, desde luego, al Verde al que tendrán que darle su jugosa tajada.
Durante la campaña, López Obrador y Morena prometieron traer a México a Santo Tomás. Ya en el poder, lo metieron en el clóset y sacaron a Maquiavelo. Al respecto, José Merino, politólogo del CIDE y simpatizante de Morena, escribió en Twitter: “¿Cómo? ¿Hubo negociación en un espacio… de negociación? ¿Cómo? ¿La negociación dejó satisfechos e insatisfechos? (por lo demás, me alegro de la atención que estamos poniendo al Senado… También me alegro de los descontentos. Así se ven las democracias)”. Tiene toda la razón.
También la tiene Lorenzo Meyer, académico honesto comprometido con las causas de izquierda, quien escribió en Twitter: “Puede haber razones de conveniencia política para que Morena aceptase que Manuel Velasco sea, a la vez, gobernador de Chiapas y legislador federal, pero es un sin sentido y una vergüenza”. Aquí ya observamos cierta incomodidad por haber negociado con los verdes. Claro que es una vergüenza. Resulta que Morena se comportó igualito que la “mafia del poder” del PRIAN en el pasado.
Siempre puntual y certera, Soledad Loaeza, otra gran académica, lo resumió con una pregunta en Twitter: “¿A cómo amaneció el kilo de diputado?” Baratito, marchanta, ya Morena se llevó cinco del Verde que utilizarán para hacernos felices en el futuro… el fin justifica los medios.
¿Será que el camino para llegar a la ciudad celestial de Jerusalén pasa por la corrupta Babilonia? Ya veremos. Por lo pronto, tapémonos la nariz porque la política mexicana sigue apestando a un vómito de color verdoso.
Twitter: @leozuckermann