Un renovado Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) debe incluir a Canadá y cualquier acuerdo reelaborado que sólo abarque a Estados Unidos y México «es inviable», afirmó el dirigente de la central obrera más grande de Estados Unidos, Richard Trumka.
«Nuestras economías están integradas», dijo Trumka, líder de la federación sindical más grande del país la AFL-CIO, en declaraciones a Fox News Sunday. «Es difícil ver cómo funcionaría sin Canadá en el trato», sentenció.
Los comentarios de Trumka se producen después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió a Canadá el sábado que «saldrá» de un acuerdo TLCAN revisado a menos que sea «justo» para Estados Unidos y amenazó con abandonar el mecanismo actual si el Congreso «interfiere» con las negociaciones.
«No hay ninguna necesidad política para mantener a Canadá en el nuevo acuerdo del TLCAN», dijo Trump en una serie de tuits mientras visitaba su club de golf de Virginia durante el fin de semana.
Sin embargo, no está claro si la administración de Trump tiene autoridad para llegar a un acuerdo sólo con México, como anunció el lunes, y excluir a Canadá.
Además, el Congreso debe aprobar cualquier reescritura del TLCAN, firmado bajo el mandato del presidente Bill Clinton, y podría negarse a respaldar un convenio que deje al aliado canadiense al margen.
Gary Shapiro, presidente y director general de Consumer Technology Association, coincidió en que cualquier tratado nuevo debe ser trilateral.
«Nos alienta el diálogo abierto entre Trump y las administraciones de (el presidente mexicano Enrique) Peña Nieto, trabajando hacia un acuerdo comercial modernizado que reconozca el papel crítico del sector tecnológico en el crecimiento económico de Estados Unidos», dijo Shapiro en un comunicado.
«Al mismo tiempo, nos preocupa la exclusión de Canadá de un acuerdo finalporque limitará nuestras oportunidades de exportación y dañará la economía de Estados Unidos», advirtió.
Las pláticas entre Canadá y Estados Unidos se reanudarán el próximo miércoles en Washington. Ambos países intentan salir de un punto muerto sobre temas como el mercado lácteo de Ottawa y los esfuerzos de Washington para proteger a las compañías farmacéuticas de la competencia de los genéricos.
«Como hemos dicho durante toda la semana, estamos trabajando para lograr un TLCAN modernizado que sea bueno para la clase media y las personas que trabajan arduamente para unirse a él», afirmó Adam Austen, vocero de la canciller canadiense Chrystia Freeland.
«Con buena voluntad y flexibilidad en todos los lados, se puede lograr un resultado en el que todos salgan ganando. Ottawa, por supuesto, solo firmará un acuerdo que sea bueno para Canadá», reiteró.
El TLCAN, de 24 años, derribó la mayoría de las barreras comerciales que dividen a Estados Unidos, México y Canadá.
El comercio entre los tres países aumentó. Pero muchos fabricantes respondieron al acuerdo mudando fábricas al sur de la frontera para aprovechar los bajos salarios mexicanos y luego enviando mercancías al norte de Estados Unidos y Canadá.
Trump ha declarado que el tratado aniquiló los empleos en fábricas estadounidenses y desde su campaña se comprometió a negociar un mejor acuerdo o retirarse del TLCAN por completo.
Las conversaciones sobre un nuevo mecanismo comercial comenzaron hace un año, pero se empantanaron debido a las demandas de Estados Unidos como la cláusula de extinción del pacto en cinco años, la cancelación del capítulo 19 sobre resolución de controversias y la eliminación (según Trump) del déficit comercial de su país frente a México y Canadá.
Hace unas semanas, Estados Unidos comenzó a negociar con México, dejando a Canadá al margen. Entre otros puntos, ambos países establecieron que entre un 40 y un 45 por ciento de un automóvil se fabrique en un país norteamericano en el que la mano de obra perciba al menos 16 dólares la hora.