Se dice y con mucha razón, que el mundo es un pequeño pañuelo: aunque nos parezca y sea inmenso, es muy común que el “pañuelo” se doble y desdoble de formas caprichosas, haciendo que unos y otros nos encontremos en los lugares más insospechados, en las situaciones más insólitas, o encontrándonos y reencontrándonos con personas.
Lo más maravilloso es encontrar a una persona excepcional es un lugar igual de especial, y así fue como conocí a Luis Fernández-Cid, quien hasta hace unas semanas fuese el Excelentísimo embajador de España en México. Luis es una de esas personas que dejan huella, no sólo por el cargo que ocupan, sino porque le dan un valor humano a sus actividades y porque se esfuerzan en generar cambios favorables. Fue su gran corazón y su compromiso por generar lazos con la sociedad lo que hizo que nuestra amistad creciera.
México y España han estado unidos por su historia, pero también por sus estrechas relaciones culturales, económicas, educativas y diplomáticas. Durante su gestión, Luis se encargó de fortalecer cada uno de ellos, y de forjar lazos de amistad. Como un ejemplo de la importancia y la influencia que cada país tiene sobre el otro, España tiene en la Ciudad de México el centro cultural más grande del mundo. Este centro desarrolla actividades de cine, teatro y danza, música, artes plásticas, de literatura, formación y capacitación totalmente gratuitas, además de que es parte del patrimonio cultural nacional, pues en el sótano está el museo de sitio en colaboración con el INAH que muestra los restos del Calpulli de los mexicas.
Fue en coordinación con el Centro Cultural de España en México, que presentó el programa Laboratorio de Ciudadanía Digital, que consiste en brindar clases a diversos grupos de niños, artistas, jóvenes, adultos y grupos migrantes, con el fin de acercarlos de forma didáctica y divertida a las tecnologías de la información como una manera de contribuir a acortar la brecha digital.
En el Foro Global de Ciudades y Espacios Públicos Seguros para Mujeres y Niñas, el entonces embajador reiteró el compromiso de España para hacer frente a la violencia de género en cualquiera de sus formas, en cooperación con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Una de sus acciones más memorables, fue su gestión imparable para que el gobierno español apoyara en la reconstrucción de las zonas dañadas por los terremotos en las regiones del Istmo de Tehuantepec y la Costa, de mano con el gobierno local y los integrantes del Comité Técnico del Fondo Mixto de Cooperación Técnica y Científica México – España. El proyecto evaluó las acciones que realizan las diversas organizaciones de la sociedad civil, empresas, instituciones financieras y fundaciones para transformar la vida de los oaxaqueños.
Entre viajes, copas y pláticas entre amigos, he confirmado en muchas ocasiones que el pañuelo del mundo da vueltas de las formas más gratas. Con su despedida del país, le dije adiós a un gran amigo y a un excelente ser humano, pero en este mundo tan pequeño donde las grandes amistades perduran, seguramente lo volveré a encontrar en una tierra maravillosa y en un futuro no tan lejano.