“Nuestro mayor encanto y defecto: estamos hechos de música”- Daina Chaviano, escritora cubana.
En el caluroso aire de La Habana siempre hay música. Por sus calles, en sus restaurantes; desde las terrazas de todo edificio y ventanas de todo coche clásico, los ritmos de salsa y cumbia le dan vida a cada rincón de la vibrante capital de Cuba. En las empedradas calles de la Vieja Habana resuenan los zapatos de bailarines, marcando el ritmo bajo el cual se rige la vida diaria de la isla.
En el casco histórico de la ciudad se encuentran más de 200 edificios de alto valor patrimonial, algunos esperando su oportunidad para deslumbrar como lo hacían en tiempos pasados, y otros, como el primer gran centro comercial de La Habana, que ha sido remodelado y convertido en el primer hotel de lujo cubano: Hotel Manzana Kempinski.
El hotel es propiedad de la empresa militar Gaviota y lo administra la cadena suiza Kempinski, con lo que se garantiza la excelente calidad de sus servicios. Kempinski Hotels es una empresa de hoteles fundada en 1897, con negocios en el sector hotelero, de conferencias y catering, su oficina central se encuentra en Ginebra, Suiza.
La primera instalación turística de lujo cinco estrellas plus de Cuba, el Hotel Manzana Kempinski tiene vistas directas al Capitolio y al Gran Teatro de La Habana, nombrados como Patrimonio Mundial de la UNESCO. También está cercano al Museo Nacional de Bellas Artes, al Capitolio de La Habana, al Gran Teatro de La Habana, al Castillo del Morro y al Paseo del Prado, al que se puede llegar caminando.
Ventanas francesas abren a la vieja ciudad, altos techos, pisos de mármol, candelabros y bares de puros nos remontan a los años de apogeo de La Habana. El Hotel Manzana Kempinski fue construido originalmente entre 1894 y 1917 y desde la famosa terraza del hotel el fuerte calor del día se alivia con una fresca brisa y con las impactantes vistas a la imponente cúpula del Capitolio.
Sus restaurantes y bares ofrecen una variedad gastronómica y un ambiente ideal, con vistas espectaculares hacia la Vieja Habana. Los Restaurantes San Cristobal y El Surtidor ofrecen una magnífica cena bajo las estrellas y la inigualable vista hacia El Capitolio y la Vieja Habana y El Bar Constante y el Tobacco Lounge Evocación, son ideales para un cóctel o para relajarnos con un puro.
Con el nacimiento de la joya que es El Gran Hotel Kempinski La Habana se le ha dado un segundo aire al corazón de La Habana Vieja, otorgándole un exquisito toque de refinamiento y lujo al pintoresco centro de la ciudad. Su imponente fachada blanca brillando bajo el sol, el hotel se ha convertido en una referencia al mundo de la alta hotelería en Cuba.