La posibilidad de que el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump sea sometido a un proceso de destitución, o impeachment, volvió a crecer luego que su ex-abogado Michael Cohen lo implicó en algunos de los crímenes que aceptó haber cometido.
Cohen, quien fuera uno de los más fieles escuderos de Trump, admitió ante un juez haber cometido ocho delitos, entre los cuales está la violación a las leyes electorales por usar fondos de la campaña presidencial de 2016 del partido republicano para silencia a la actriz porno Stephanie Cliffor, mejor conocida por su nombre artístico Stormy Daniels, y a la modelo de la revista para adultos Playboy, Karen McDougal, para que no revelaran a medios de comunicación la relación que tuvieron con el mandatario estadounidense.
El abogado hizo la aceptación de ese crimen indicando que la orden de pago la hizo el propio candidato presidencial Trump, lo que implica al hoy presidente estadounidense en ese esquema ilegal, algo que podría derivar, aunque se ve difícil por el control del partido del presidente de las dos cámaras legislativas, en un juicio político en su contra.
Frente a esta posibilidad, Trump dijo en una entrevista con la cadena de televisión Fox News que «si alguna vez me enjuician, creo que el mercado se vendría abajo, creo que todos serían muy pobres, porque sin este pensamiento, verían números que no creerían en sentido contrario».
El presidente estadounidense respaldó su declaración en el buen desempeño que actualmente registra la economía estadounidense y los buenos resultados que han arrojado los mercados de valores de ese país.
En el segundo trimestre de 2018, por ejemplo, la economía estadounidense, la más grande del mundo, creció a un ritmo de 4.1%, algo no visto desde 2014 y un desempeño que acerca el crecimiento estadounidense a la meta de Trump de que Estados Unidos avanzaría este año a una tasa de 3%, o el mayor dinamismo desde 2005.
Claro que si bien es altamente probable que los mercados registren volatilidad por la crisis política que generaría un juicio político contra Trump, no todos comparten los pronósticos del mandatario, a quien le gusta exagerar su interpretación de la realidad.
En ese sentido, Jorge Castañeda, ex secretario de Relaciones Exteriores de México y profesor de New York University, dijo en entrevista telefónica para la estación Radio Fórmula que “las declaraciones del presidente Trump representan un chantaje, para que las autoridades puedan considerar no someterlo a un juicio político”.
Al mismo tiempo, algunos analistas rechazaron la hipótesis de Trump y dijeron que los los mercados financieros no colapsarían con su destitución, gracias precisamente a los fundamentos económicos que ha demostrado Estados Unidos. Por lo tanto, los comentarios de Trump fueron catalogados por algunos como noticias falsas, o fake news, unos términos que el mismo mandatario estadounidense ha utilizado en múltiples ocasiones para referirse a artículos o historias periodísticas críticas de su desempeño.
James Salazar, subdirector de la dirección de análisis económico y bursátil de CI Banco, dijo, por ejemplo, en entrevista telefónica, que someter a un impeachment a Trump “tendría un impacto de corto plazo en los mercados financieros, debido a que dicha impugnación no impactaría a la economía real, por lo tanto los índices estadounidenses superarían esta situación política”.
Otros creen que la reforma fiscal que el mismo Trump logró aprobar el año pasado da, irónicamente, cierta protección a la economía y los mercados estadounidense frente a su posible destitución.
“Una destitución del presidente Trump provocaría una desaceleración en el impulso que viven los mercados actualmente, sin embargo, descarto un colapso en los índices debido a los incentivos fiscales con los que las empresas cuentan derivados de la reforma fiscal actual” que logró Trump, dijo en entrevista telefónica Carlos Hernández, analista económico de Masari Casa de Cambio.
Claro que hay voces que sí compartieron, de cierta forma, el pronóstico del mandatario estadounidense sobre la repercusiones que tendría el intento de removerlo del poder por la vía legal.
“La salida del mandatario estadounidense podría llevar a los mercados a una profunda caída, ya que el sentimiento de los inversionistas se vería afectado por una incertidumbre en el rumbo de la nación”, dijo en entrevista telefónica Armando Rodríguez, gerente de análisis bursátil de Signum Research, una empresa independiente de análisis financiero y bursátil.
Los problemas políticos de Trump no son incluso nuevos. Desde que tomó el poder, el mandatario ha estado bajo sospecha de que recibió ayuda del régimen ruso de Vladimir Putin para ganar la elección y de que probablemente el se confabuló con Putin para llevar a cabo esa estrategia electoral.
Las sospechas se basan en que las agencias de inteligencia estadounidenses han ya asegurado que Rusi infiltro los comicios presidenciales de Estados Unidos para influir en los electores en contra de la candidata demócrata, Hillary Clinton, y, con ello, favorecer indirectamente a Trump.
Hasta ahora, no existen aún pruebas de que Trump tuviera contacto con los rusos con ese propósito.
En caso de enfrentar un juicio político, Trump no será el presidente por atravesar por esa situación. Recientemente, el presidente Richard Nixon fue el primero que pudo enfrentar un juicio político por espionaje a sus adversarios en 1974. Sin embargo, antes del juicio y que iba a perder, Nixon presentó su renuncia al cargo de presidente de Estados Unidos.
Por su parte, Bill Clinton enfrentó un juicio político por una supuesta relación sexual con una menor en 1999, pero la solicitud del impeachement no procedió en el Senado, por lo que se mantuvo en la presidencia hasta que su segundo periodo concluyó. .
En ambos casos, los mercados no se colapsaron e incluso superaron la incertidumbre inicial.
De ahí que si la historia sirve de guía, las palabras del actual presidente sobre las repercusiones de su destitución, no parecen tener sustento.