Un noticiero televisivo informa que en Estados Unidos habrá un elevado número de mujeres candidatas y arma un segmento para inquirir sobre la razón para que se presente este “fenómeno”.
En virtud de que las demócratas rebasan a las republicanas por una relación de 1 a 3, la primer entrevistada es una congresista de este partido, quién es sorprendida por la pregunta y ante la ausencia de una buena respuesta solamente acierta a formular una salida falsa sosteniendo que las mujeres deben ser reclutadas.
La entrevistadora no acertó a preguntar la razón para que el reclutamiento de mujeres deba ser distinto del de los hombres. En ciertos sistemas políticos hay espacios de reclutamiento de políticos, de los que muchas veces son excluidas las mujeres por diversas razones, entre las que destacan las económicas, sociales y culturales. Pero eso no explica del todo la desproporción entre hombres y mujeres en la política, en principio deberían ser más mujeres porque son más.
El reclutamiento tampoco explica el hecho que para 2018 haya un número importante de mujeres compitiendo por puestos legislativos, ni que sean más demócratas, o hasta representantes de agendas “radicales” las que se lanzan ahora. Desde esta perspectiva hay muchas preguntas pendientes: edad, ubicación geográfica, nivel de educación, profesión, estado civil, maternidad, etc. A los medios de comunicación les gusta ejemplificar, pero un par de anécdotas no explica la generalidad.
Hay una dimensión profunda que no se presenta como evidencia. El solo hecho de la pregunta demuestra que se considera una anomalía el que una mujer sea candidata a lo que sea. Recuerdo las discusiones sobre la condición de un país para que una mujer sea presidenta, los chistes aunque son muy buenos, reflejan el fuerte prejuicio contra el dominio femenino. Uno que puede ser significativo dice: Detrás de un gran hombre hay una gran mujer (siempre detrás), pero detrás de una gran mujer, hay un hombre sorprendido. ¿Qué hay detrás de un sistema que no tiene el menor problema en elegir a una primera ministro?
Podemos considerar que la postura que relega a la mujer a un papel secundario responde a la fuerte influencia de las religiones monoteístas, las que hasta sostienen posturas misóginas. Puede ser falaz sostener que la mujer debe estar en casa criando a los hijos que son el futuro del pueblo, porque podrían estar en el poder cuidando a toda la sociedad que es el futuro de la humanidad. Recuerdo como el mundo veía asombrado que un primer ministro anunciara que tomaría licencia de paternidad para cuidar a su hijo, y los israelíes aprobaron seis días de licencia para los padres, mientras que las madres reciben varios meses. Me adelanto al argumento de que las mujeres requieren amamantar a sus hijos, cuestión para la que pueden existir muchas opciones sin que la mujer deba de retirarse de sus ocupaciones.
En la sociedad patriarcal se da por descontado que los que mandan son los hombres, aunque a las mujeres se les otorga el control de la casa. División del trabajo sexista que penetra hasta lo más profundo de la cultura política. En su tiempo los comentaristas se regodeaban con mencionar la cocina de Golda Meir, primera ministro israelí, que recibía a sus allegados en la cocina mientras les “servía” un café.
Discutía con mi psicóloga de cabecera sobre la infidelidad y resulta que mientras en el hombre se ve como una aventurilla, en la mujer recibe una fuerte condena, y las religiones que aceptan la poligamia en el hombre, condicionan a las mujeres a la monogamia. Dentro de los principios de la democracia todos “los hombres” son iguales ante la ley, pero tratándose de una actividad central como el sexo, la igualdad de “los hombres” desaparece, porque se diferencia para las mujeres.
Muchas de las mujeres entrevistadas por el noticiero televisivo, trataban de encontrar respuestas ante una pregunta equivocada, no faltaba quién dijera que las mujeres son más sensibles, y no me sorprendería que digan que son más responsables y que le prestan más atención al detalle, lo que como generalidad puede ser cierto, lo que no me sorprende fue no escuchar que nadie planteara que la pregunta por sí misma refleja prejuicio y machismo. En la agenda de quién diseña el noticiero domina el principio de la superioridad masculina, que va muy de acuerdo con la cultura prevaleciente.
Aplaudo el arribo de más mujeres a la política, deben llegar a la ciencia, la tecnología, el arte y todas las áreas de la convivencia humana, eso solamente nos hará más libres y nos llevará a un mundo más justo y mejor.