Los trabajadores mexicanos que viven en el exterior continuaron enviando recursos a sus familias en el país a un paso excepcional durante junio, lo que augura que la economía del país seguirá recibiendo un fuerte impulso proveniente del consumo interno.
Durante el sexto mes del año llegaron a México tres mil 140.7 millones de dólares en envíos desde el extranjero, mejor conocidos como remesas, el segundo mayor monto registrado por este concepto desde que existe registro y un avance de 29.9% con respecto a los dos mil 417 millones de dólares captados en el mismo lapso de 2017.
El flujo de recursos por remesas que llegó a México el sexto mes del año fue el segundo mayor en los últimos 23 años, desde que el Instituto Central empezó a recabar esta información, apenas detrás de los tres mil 155.9 millones observados en mayo.
De hecho, el banco central revisó la cifra de mayo y ajustó al alza el monto, de manera que las remesas cayeron en su comparación mensual por primera ocasión luego de tres avances.
Así, en el primer semestre del año México recibió por ese concepto 16 mil 49 millones de dólares, un monto tampoco registrado previamente en un semestre.
Claro que aún más sorprendente puede resultar el desempeño de las remesas si éstas se cuantifican en pesos, que es la moneda en la que reciben los envíos los familiares de los trabajadores mexicanos que radican en el extranjero y las gastan en el país.
En ese caso, las transferencias de junio crecieron 45.1% con respecto al mismo mes de 2017, al ubicarse en 63 mil 845 millones de pesos, algo inédito para cualquier mes.
En términos acumulados, las remesas sumaron 305 mil 876.7 millones de pesos en el primer semestre, o 13% más que en el mismo lapso de 2017.
El mayor avance que registraron las remesas en pesos en el sexto mes se explica también, en parte, por la debilidad del tipo de cambio, que registró una depreciación en promedio ese mes contra el mismo lapso de 2017 de 4.3% del peso frente al dólar.
El fuerte ritmo de expansión de las remesas no sólo hace pensar que México romperá por segundo año consecutivo el récord de captación de recursos que envían los trabajadores en el exterior, sino que también auguran un buen paso del mercado interno.
La mayor parte del sorprendente comportamiento de las remesas obedece a la fortaleza recientemente observada por el mercado laboral estadounidense, un lugar de donde llegaron alrededor de 95% de las remesas.
“El crecimiento del mercado laboral norteamericano no sólo se ha traducido en mayores oportunidades laborales para los migrantes mexicanos, sino también en un incremento en la masa salarial de estos trabajadores”, escribió Francisco Flores, economista con el banco Banorte Ixe, en un reporte. “En este sentido sus posibilidades de enviar un mayor monto de remesas a sus familiares han mejorado”.
Esta situación es una buena noticia para el desempeño de la economía del país, debido a que gran parte de los ingresos que obtienen por este concepto las familias de los trabajadores que están en el exterior terminan siendo gastados en productos de la canasta básica e incluso en artículos duraderos, como equipos de cómputo y muebles.
De acuerdo con cifras preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la economía de México sufrió un tropiezo de 0.1% en el segundo trimestre del año, en cifras ajustadas por estacionalidad, o su primera caída en 2.5 años.
Los servicios fueron el único sector de la economía que creció entre abril y junio de este año con respecto a los tres primeros meses, con un avance de 0.3% trimestral desestacionalizado.
Sin embargo, el desempeño de los servicios en el segundo trimestre del año fue el segundo crecimiento más débil en los últimos cinco años, únicamente por encima del dato del tercer trimestre del año pasado, cuando la economía quedó seriamente afectada por los sismos de fuerte intensidad registrados en el centro y sur de México en septiembre.