López Obrador será un Presidente muy fuerte. Ganó con una enorme cantidad de votos. Va a tener mayoría en ambas cámaras del Congreso. Está a un pelito de tener el número de diputados y senadores para poder reformar la Constitución (los 17 Congresos locales ya los tiene). Controlará los gobiernos estatales y municipales, que dependen 85% de sus ingresos de partidas de la Federación, con cada uno de los 32 coordinadores estatales que enviará a las entidades federales. Será, sin duda, un Presidente muy poderoso. Pregunta: ¿Cómo se comportará con los llamados organismos autónomos del Estado? ¿Respetará su independencia o tratará de controlarlos? ¿Acatará sus decisiones o tratará de influir en ellas?
Me temo que la respuesta no es muy halagüeña si vemos su reacción frente a uno de estos organismos autónomos del Estado, en este caso, el Instituto Nacional Electoral (INE). Fiel a su estilo, López Obrador ya los estigmatizó como parte de un sistema que está en contra de él y su gobierno. No aceptó las contundentes conclusiones de un esquema fraudulento de financiamiento paralelo de Morena, a través de un Fideicomiso para, supuestamente, ayudar a los damnificados de los sismos de septiembre pasado.
Es la primera prueba de una decisión de un organismo autónomo del Estado, el mismo que le dio el triunfo contundente a AMLO. El próximo Presidente nos enseñó que no está dispuesto a aceptar ningún tipo de resolución que afecte su imagen y la de Morena.
Va por todo. Mucho se ha dicho y escrito acerca de las políticas para bajarle los sueldos a los altos funcionarios del sector público, quitarles sus prestaciones y mandar sus puestos fuera de la Ciudad de México. Esto, salvo el último punto, sería extensivo a todos los organismos del sector público. Creo que estamos frente a una purga y explico por qué.
Numerosos funcionarios decidirán, con toda razón, abandonar el servicio público. Tanto en el gobierno federal como en los organismos autónomos del Estado: el Poder Judicial de la Federación, Banco de México, Instituto Nacional Electoral, Comisión Nacional de Derechos Humanos, Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Comisión Federal de Competencia Económica, Instituto Federal de Telecomunicaciones, Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos, Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social.
Si les van a pagar menos, les van a quitar las prestaciones y, en algunos casos, los van a mandar a trabajar fuera de la Ciudad de México, pues muchos funcionarios van a decidir retirarse del servicio público. Dejarán vacantes que le corresponderá al próximo gobierno llenar. En el caso del gobierno federal, las podrán sustituir sin ser ratificadas por el Congreso. En cuanto a los organismos autónomos del Estado, no habrá problema de nombrar a sus sustitutos, ya que la alianza lopezobradorista tendrá mayoría en el Poder Legislativo.
Tendremos, entonces, una renovación obligada de la alta burocracia nacional.
¿Quiénes llegarán con los salarios, prestaciones y obligaciones del nuevo gobierno?
Primero, los fanáticos, es decir, los dispuestos a trabajar gratis con tal de sacar adelante un nuevo proyecto de nación. Serán los más leales a López Obrador por convicción ideológica. Segundo, los ineptos: Aquéllos que quieren trabajar en el nuevo gobierno por condiciones menos favorables, ya que cuentan con capacidades laborales peores que los que actualmente ocupan los puestos. Tercero, los corruptos: Los que ni siquiera ven cuánto van a ganar en la nómina porque sus bolsillos se llenarán con todo tipo de sobornos que los harán ricos.
Se trata, en suma, de una purga: La renovación de la alta burocracia para que entren cuadros leales al nuevo gobierno. Van a irse varios funcionarios del gobierno central y de los organismos autónomos del Estado. La nueva administración de AMLO los reemplazará con fanáticos, ineptos o corruptos. Tienen el poder para hacerlo. La pregunta es si esta purga generará un mejor gobierno para la sociedad. Yo lo dudo.
Twitter: @leozuckermann