GASAS Y CIGARRILLOS NO ENCAJAN
Allá por la decada de 1850/60, la moda de los volantes surgió como una epidemia. Gasas, tules, organdíes, tarlatanas y muselinas, contribuyeron a dar el toque vaporoso a los modelos primaverales, pero también en aquella época las damas se inquietaban mucho por los cigarrillos, pues a escondidas solían fumar, lo que provocó en más de una ocasión lamentables tragedias, ya que los sutiles trajes eran devorados por el fuego de los cigarrillos que las fumadoras ocultaban con demasiada prisa. En 1863, en la catedral de Santiago de Chile, perecieron abrasadas muchas mujeres al incendiarse un cortinaje, pero en esa ocasión no fue por un cigarrillo, sino por una veladora.
Cuando alguien habla de cascabeles nos imaginamos los que ponen a los gatos o lucen los bailarines de diferentes etnias en sus danzas autóctonas. Sin embargo, en la Edad Media, los cascabeles y las campanillas tuvieron un auge extraordinario entre las damas y señores principales de aquella época. Aunque tales adornos se manufacturaban en varios países de Europa, Alemania fue especialista en hacerlos de oro y plata, siendo éstos los que usaban las princesas y señores en sus trajes de ceremonia. Pero hay otro tipo de cascabeles, los usados en cetrería con sus características muy específicas de sonido y ligereza. Los más famosos en España son los Cascabeles Asbornos.