Ya se fueron las flores de mayo, los candidatos aguantando a lo macho y su amargo dolor se lo callan. Así, ha dado inicio la tercera etapa de esta carrera, la cual advierte cerrar muy intensa.
Quedó atrás la fama de relumbrón de la “abuelita Coco” en el debate y las adhesiones faranduleras del señor López, muy contrastantes con la opinión del Nobel de Literatura y del sector empresarial de México, quienes se oponen al tabasqueño. Lo de ahora es la cuestionable legitimidad de la candidatura de Nestora, las peripecias ecuestres de Anaya y el reconocimiento de Pepe Meade como el perfil más adecuado por su capacidad para resolver crisis.
No lo digo yo, lo dicen quienes participaron en los sondeos de opinión. En lo particular, continúo con mis reservas frente a las multicitadas encuestas, en primer término porque responden al cliente que paga por ellas y, en segundo lugar, porque un ejercicio de esta índole capta lo mismo que una fotografía: un sitio y un momento, nada más.
Algunos personajes de nuestra historia fueron más consecuentes que otros. Sin embargo, son juzgados inequitativamente. Unos fueron glorificados como semidioses, otros se convirtieron en villanos hasta de los cuentos, el resto fue olvidado.
En una sola ocasión, el señor López aceptó -parcialmente- que Juárez fue imperfecto. Como de costumbre, AMLO fue generoso con su simpatía y raquítico con su inconveniencia; olvidó puntualizar que Juárez, su ídolo y ejemplo a seguir, se entronizó en Palacio Nacional -justo donde él quiere despachar- y la muerte lo salvó del mote de “dictador”, porque sólo la muerte pudo separarlo del poder. El señor López también admira a Madero, el presidente espiritista que gobernaba con una güija e incumplió sus pactos con los revolucionarios. Eso sí, AMLO defiende la concentración de poderes en un solo hombre, siempre que se requiera.
La Historia nos ofrece interesantes lecciones si decidimos conocerla, por ello debemos alarmarnos si AMLO se convierte en presidente y cuenta con un Congreso “levanta dedos”; conoceríamos al Andrés Manuel real, envilecido de poder absoluto, intolerante y fraudulento que, como Juárez, sólo admitiera aquello que le beneficiara.
En la mayoría de las ocasiones, la muchedumbre grita para escucharse a sí misma, hago votos para que escuchen la voz de la inteligencia y del buen juicio, para que así valoren la oportunidad de continuar con un rumbo, que si bien no es sencillo, es seguro y oportuno para llevar al México competitivo, moderno y abierto al futuro; para el, se necesita un perfil con preparación adecuada y una notable capacidad de diálogo y negociación. México no necesita aventuras políticas ni saltos al vacío, demanda certidumbre y progreso. Margarita lo sabe, por eso pronto se sumará al proyecto de su excolaborador y amigo.
Post Scriptum.- “El afán de grandeza y el orgullo han extraviado al Hombre»: Juan José Arreola.
* El autor es maestrando en Comunicación Estratégica para Gobiernos e Instituciones. Contacto: @fcoruhe [email protected].