México representa el tercer destino de atracción para proyectos de Inversión Extranjera Directa en el ramo aeroespacial, después de Estados Unidos y Reino Unido, por lo que expertos han mencionado que ese sector atraviesa un buen momento, alcanzando un superávit comercial de 400 millones de dólares, según un informe emitido por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Así lo expresó el reconocido abogado fiscalista, Lic. Jorge Alberto Pickett Corona, quien explicó que en la última década la inversión acumulada de esa industria alcanza los dos mil 860 millones de dólares, consolidándose como una de los sectores que se han mantenido a la alza, incluso frente al peligro de que disminuyan las inversiones producto de la Reforma Fiscal de Estados Unidos.
El sector aeroespacial ha mostrado avances superiores al 15 por ciento anual de acuerdo a números que se refuerzan con la presencia de importantes consorcios aeronáuticos internacionales, que se ubican al menos 18 entidades mexicanas.
Cabe destacar que México se coloca como el séptimo proveedor de la industria aeroespacial de los Estados Unidos, por lo que el panorama luce positivo pese a los fenómenos macroeconómicos que puedan generar incertidumbre en los mercados.
El experto en materia fiscal detalló que en 2017 se contabilizaron siete mil 600 millones de dólares por este concepto, con lo que se alcanzó un superávit comercial de cerca de mil 400 millones de dólares, y acotó que actualmente se cuenta con más de 300 empresas aeroespaciales en México, que en conjunto generan más de 50 mil empleos.
Pickett Corona aseguró que las empresas de ese ramo actualmente establecidas en el país no fueron solamente atraídas por el tema impositivo, sino que además encontraron factores de conveniencia como la mano de obra, ciencia, innovación y conocimiento que ofrece el país, además de la gran diversidad de oportunidades.
Finalmente, el defensor del contribuyente consideró que los mexicanos no somos vulnerables ante cualquier escenario con respecto a la renegociación o cancelación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), por lo que aunque es evidente que habrá un impacto, México se ha preparado, ajustando políticas fiscales en materia manufacturera.