Obvio que el tener una relación afectiva sana es una cuestión positiva, hasta necesaria para la salud emocional y la estabilidad mental, pero cuando esta necesidad se torna en una obsesión o en una lucha por obtener la atención y el cariño de la persona que no tiene interés en tener una relación estable, entonces la pesadilla por recuperar ese amor, se convierte en un comportamiento adictivo.
Sin querer, la persona que necesita sentirse querida pierde el control de sus acciones, de sus valores y hasta se le olvida la vergüenza. Vive y piensa solo en función de cómo poder recuperar la “fantasía del amor” sin darse cuenta, que haga lo que haga, ese sentir es solo una ilusión irreal, ya que su adicción al amor, le impide reconocer el vacío emocional que siente. Posiblemente este sentimiento, tiene que ver más con su baja autoestima y no tanto con la carencia que amor de otros le ha dejado.
La desesperación que la persona adicta al amor siente por obtener atención y cariño, se asemeja al sentimiento de abstinencia y desequilibrio que experimenta una persona adicta cuando consume drogas o al alcohol. La persona adicta al amor, hace lo que sea con tal de tratar de recuperar el amor de la persona que ama. Tristemente, tan solo pasa el efecto del romance o la pasión, y el sentimiento de soledad, vacío o culpa resurge y la adicción se fortalece.
El problema se agrava cuando uno de los integrantes de la relación adictiva decide terminar, disolviendo a la relación de pareja. Entonces la ruptura causa un desastre emocional terrible. La persona adicta al amor, siente un abandono y una traición que trastorna sus instintos, haciéndole perder la noción de la realidad y hasta deja de reconocer la perspectiva de las cuestiones simples.
Asi, la adición se agudiza, se trata de recuperar el amor que ya no existe, aferrándose a la relación que se idealizo y a los recuerdos que se inmortalizan como bellas fantasías, aunque en realidad pudieron haber sido peleas espantosas.
La adicción al amor tiene síntomas similares a las adicciones de las drogas o el alcohol, la nostalgia produce: insomnio, depresión, soledad y pérdida de identidad. Un corazón roto, no distingue la realidad y su dolor es intenso y difícil de sanar. Es una lucha por encontrar algo que ya no existe con el fin de sentirte mejor. Es convertirse en un esclavo de sus propios recuerdos.
Para salir de esta adicción es necesario aprender a callar y enfocar la mente con pensamientos claros, positivos y obtener herramientas prácticas para fortalecer el alma y recuperar el amor propio y la dignidad. Es una lucha con la mente que se conquista con determinación.
LA RECETA
Sanando el corazón lastimado
Ingredientes:
- 1 pieza de aceptación – reconocer el fin de la relación
- 2 pedazos de gratitud – apreciar los aprendizajes y los recuerdos
- 1 ramita de fortaleza – resistencia al dolor y amor propio
- 2 cucharadas de perspectiva – visión global de la vida, ubicar la relación en el ciclo adecuado
- 1 pizca de humor – recordar con alegría y gusto los buenos momentos que encontrar una razón para reír siempre
Afirmación positiva: Agradezco los buenos momentos y las experiencias que tuve con mi pareja mientras perduró la relación. Hoy tengo la fortaleza para encontrar valor y continuar mi vida con alegría y gratitud. Encuentro armonía y paz en mi corazón. Tengo fe que pronto encontrare a la relación que me complemente y me haga sentir mejor.
¿Cómo te recuperas de un corazón roto?
- Sin el amor propio no se puede tener una relación sana y estable. Cuando uno se aprende, a querer, se valora y se respeta sus relaciones con los demás son positivas y motivan a tener una mejor vida, libre de adicciones o de drama.
- Toda persona tiene el poder para elegir sufrir o superar el amor perdido. La aceptación es vital para poder continuar. Negar y evadir los sentimientos solo produce más dolor y culpa. La persona a que sido lastimada tiene el derecho de llorar, sentir dolor y sufrir. Por el otro lado puede soltar el dolor y encontrar el sol.
- El amor es una decisión personal y nadie puede forzarlo. Si ya no te quieren ni porque les ruegues te pueden querer. Nadie se merece tener que mendigar para que lo quieran y mucho menos tiene que aguantar malos tratos de quien no lo respeta no valora.
No te aferres por el amor perdido, libera tus pensamientos y cambia tu destino.
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