México no renegociará el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en base a presiones, dijo el jueves el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, un día después de que Estados Unidos sugiriera que podría aplicar aranceles a las importaciones de autos.
El Departamento de Comercio estadounidense inició el miércoles una investigación para determinar si las importaciones de vehículos y partes están amenazando la salud de su industria. La pesquisa podría llevar a la imposición de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos.
«México no va a negociar a base de presiones, México tiene muy claro lo que es conveniente y lo que nos es conveniente, no nos vamos a precipitar», dijo a periodistas el vocero de la presidencia, Eduardo Sánchez, en referencia al TLCAN.
«De llegar a un acuerdo, será aquel que realmente beneficie a México. Si no existen esas condiciones, México no va a avanzar», agregó.
Más temprano, el jueves, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo que la decisión de Estados Unidos de evaluar posibles aranceles a las importaciones de autos está basada en una lógica «endeble» y «claramente» está relacionada con las conversaciones para modernizar el TLCAN.
Las reuniones para actualizar el TLCAN -vigente desde 1994- se encuentran estancadas mientras Canadá y México intentan digerir las exigencias estadounidenses de que haya más cambios.
Funcionarios estadounidenses afirmaron que se necesita algún tipo de acuerdo en las próximas semanas para evitar que las negociaciones afecten las campañas para las elecciones presidenciales mexicanas del 1 de julio y los comicios legislativos estadounidenses de mitad de término en noviembre.