La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, de enviar a la Guardia Nacional a la frontera sur para realizar operativos en conjunto con la Patrulla Fronteriza es una acto de guerra, consideró el director ejecutivo y fundador de Ángeles de la Frontera, Enrique Morones.
El activista con años de experiencia en protección a los migrantes recordó que la última vez que militares estadunidenses fueron enviados a la frontera con México con espíritu ofensivo fue asesinado el mexicano Ezequiel Hernández, en 1997.
Desde su punto de vista, con fines políticos México plantea culpar a Trump de sus problemas de seguridad y por esa causa aplicará operativos militares en la frontera, mientras se construye el nuevo muro fronterizo.
Morones enfatizó que los soldados no están preparados para el resguardo de las fronteras, sino para la guerra, por lo que el acto de guerra de Trump debe ser denunciado, y los migrantes estar atentos a algún atropello para denunciarlo ante las autoridades diplomáticas correspondientes al interior de los consulados.
Reconoció que el gobernador de California, Jerry Brown, haya decidido no apoyar el interés del presidente de Estados Unidos en cuanto a la militarización de los cuatro estados fronterizos de la unión americana.
Según el activista, al decisión del mandatario neoyorkino deriva de que no pudo conseguir más agentes migratorios, por lo que los sustituye con miles de soldados, que generan el riesgo de actos de violación a los derechos humanos por no estar entrenados para esa función específica, sino para la guerra.
«El llamado a la comunidad es que hay que estar muy alertas y tener mucho cuidado, tenemos a los agentes más agresivos en San Diego que en cualquier otra ciudad en Estados Unidos», expresó Enrique Morones.
Por último, hizo un llamado a la sociedad a mantener una actuación pacífica frente a las fuerzas de seguridad estadunidenses en la frontera y señaló que el próximo mes de noviembre habrá elecciones para renovar el Congreso, lo que podría abrir la puerta a un proceso de pérdida de capital político para Trump, incluso el inicio de un posible proceso de destitución.