En muchos sentidos, Margarita Zavala tiene ya asegurado un lugar privilegiado en la historia de México. Fue una de las mejores primeras damas que hemos tenido. Ahora se ha convertido en la primera mujer en aparecer en la boleta presidencial como candidata independiente. Nadie le puede cuestionar su honestidad personal, familiar, profesional y política. Es una mujer ejemplar en muchos sentidos. Pero eso de pasar a la historia es un asunto muy injusto porque, para muchos, el último recuerdo es lo único que cuenta. Abundan los casos de gente virtuosa que tiró a la basura su prestigio por haber cometido un error al final de sus carreras. Eso me parece que le puede ocurrir a Margarita en esta elección. Que puede acabar pasando a la historia como la candidata que le dio el triunfo a López Obrador.
Y no es poca cosa tomando en cuenta la historia del calderonismo, al que inevitablemente pertenece Margarita, con el lopezobradorismo. Cómo no recordar lo que pasó en 2006. La animadversión entre su esposo y el candidato derrotado. Las groserías que le dijo López Obrador a Calderón y todo su grupo. Peleles, traidores, espurios y un largo etcétera. De la presión por abrir los paquetes electorales, contra lo que mandaba la ley, y las manifestaciones tildando de fraudulenta la victoria de Felipe. De cómo tuvo que entrar éste por la puerta de atrás del Congreso a protestar como Presidente por la amenaza de López Obrador de que no podría tomar posesión. Y de cómo, a lo largo de todo ese sexenio, el tabasqueño hizo todo lo posible por joder a la administración calderonista. Hombre, tan sólo recordemos lo que ocurría los 15 de septiembre en que el presidente Calderón daba el Grito de la Independencia desde el balcón central de Palacio Nacional y, al otro lado de la Plaza de la Constitución, el “presidente legítimo”, López Obrador, daba el suyo.
Bueno, pues a ese hombre, que tanto daño le hizo a su marido y, peor aún, a su gestión gubernamental, puede entregarle la Presidencia en 2018. ¿Así quiere pasar Zavala a la historia?
En este espacio siempre me he manifestado a favor de los candidatos independientes. Celebro que tres de ellos vayan a aparecer en la boleta presidencial, sobre todo una mujer como Margarita. Pero ni uno de ellos va a ganar. No van a tener ni el dinero ni los spots ni la estructura para alcanzar a los candidatos partidistas. La única manera de compensar estas carencias sería con un gran carisma que atrajera a una mayoría del electorado. Emmanuel Macronpudo ganar en Francia, en contra del sistema de partidos, gracias a un carisma excepcional. Zavala tiene muchas virtudes, pero el carisma no es una de ellas.
En este sentido, creo que no va a levantar. Logrará, eso sí, jalar algunos votos. Difícil decir cuántos. Hoy, el Modelo Poll of Polls de oraculus.mx le da un 6% de intenciones de voto efectivas. Vamos a decir que se quede con esos puntos. Pues esos votos podrían acabar siendo definitivos para la victoria de López Obrador. Porque una cosa queda clara en las encuestas: Lo que tiene Margarita se lo quita a Anaya.
Imaginemos, entonces, que Anaya pierda por el mismo margen de la votación que sacó Margarita. Muchos mexicanos le van a reclamar a la exprimera dama por eso. ¿Injusto? Sin duda. Pero así de dura es la historia.
“Margarita, la mujer que hizo Presidente al otrora archienemigo de su esposo Felipe”. ¿De ese tamaño es la animadversión de Zavala y todos los calderonistas, incluyendo a Felipe, en contra de Ricardo Anaya? ¿Prefieren a AMLO de Presidente, ése que les hizo tanto daño, con tal de que no gane el joven político que les arrebató el partido y la candidatura presidencial?
El excalderonista Germán Martínez, quien ahora apoya a López Obrador, dice que ha aprendido que no hay adversario político para siempre. Quizá. La política es un juego dinámico donde cambian las circunstancias. Pero, caray, está el factor humano donde, por más que convenga a los intereses políticos, los insultos y agravios dejan heridas profundas. En lo personal, después de haber vivido el 2006 y atestiguado lo que AMLO dijo e hizo en contra de Calderón, me cuesta mucho trabajo pensar que eso se puede borrar como por arte de magia, como si no hubieran sido declaraciones y acciones tan graves. El país no olvida esa polarización de 2006 y el daño que generó. ¿Por qué ellos sí lo podrían olvidar? ¿Acaso no le quita el sueño a Margarita que sus votos puedan acabar haciendo Presidente a López Obrador? ¿Que ése será el último evento por el que será recordada en la historia?
Twitter: @leozuckermann