Seguramente tu teléfono sabe más de tu rutina diaria que tu mismo. Sabe dónde estás en todo momento. Conoce a todas las personas con las que hablas y todos los mensajes que les has mandado. Tiene tus fotos familiares, las de tu mascota; tus contraseñas y más.
Para un hacker, es un pasaporte digital para acceder a todo lo que necesitan saber sobre una persona.
Además, el costo relativo para un hacker de ingresar a tu celular es muy bajo y cada vez las recompensas de lo que pueden hacer una vez ahí son mucho mayores. Es por esto que seguramente empezaremos a ver muchos más ataques a celulares y dispositivos móviles.
El último grande afectó a miles de usuarios en más de 20 países. Su punto de acceso fue a través de una aplicación de mensajería que parecía una versión más segura de Whatsapp. Una vez que el usuario la descargaba la app solicitaba acceso (al igual que todas las aplicaciones de mensajería que usamos a diario) a tu ubicación, micrófono, cámara, etc y una vez que el usuario lo autorizaba, los hackers conseguían control absoluto de tu celular e información.
Este tipo de aplicaciones se llaman troyanas ya que se disfrazan como aplicaciones que todos usamos regularmente y en las cuales confiamos sin preguntarnos más. Los parches de seguridad de Google y Apple pueden bloquear las últimas vulnerabilidades, pero no pueden evitar que te engañen. El malware que golpea los dispositivos móviles no explota las vulnerabilidades de un código, sino que explota las vulnerabilidades de una persona.
Por eso es importante nunca descargar contenido de tiendas de aplicaciones secundarias (diferentes a Google Play o App Store) y verificar siempre que el desarrollador de la aplicación que quieres bajar si el la empresa que la creó. Otra pista importante es verificar también la cantidad de usuarios, reseñas y/o estrellas de calificación que tiene una aplicación, esto deberá darte una clave respecto a si es una app auténtica o una mera copia.
Recuerda siempre que tu tienes control sobre lo que descargas, sobre tu información y sobre las apps a las que les permites acceso. Si algo no te convence o te pone a dudar, siempre es mejor hacerle caso a ese instinto y proteger tu información y/o eliminar la aplicación.