El lema de este año del Foro Económico Mundial, «Actuando juntos en un mundo fracturado”, suena a primera vista a intento de tomar distancia de los que apoyan al populismo y al nacionalismo. Al fin y al cabo, la élite económica global reunida en Davos hace negocios sin fronteras.
Pero el Foro de Davos no sería tan exitoso si mostrase una postura tan clara. Este año, la cumbre está rodeada de nacionalistas. Empezando por el primer ministro hindú, Narendra Modri, que se describe a sí mismo como nacionalista hindú e inaugurará el evento este martes, y el presidente Donald Trump, que persigue la política proteccionista del «America first”.
No es una contradicción
Para el fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, esto no supone una contradicción con respecto a los valores del foro; todo lo contrario. Para él, Davos es el lugar ideal para que la gente con diversas perspectivas se sienten a una misma mesa, por ejemplo, para discutir sobre la cooperación global.
«Se trata del comercio, del medio ambiente, de la lucha contra el terrorismo, de los sistemas tributarios y la competitividad”, según Schwab. «Es sumamente importante que el presidente Trump también esté aquí”, argumentó.
El año pasado, el presidente chino, Xi Jinping, se mostró a favor del libre comercio en Davos, aunque su gobierno es muy proteccionista, porque defiende a parte de su economía de la competencia internacional. Trump podría también ahora aprovechar la ocasión para explicar a la élite reunida por qué su política concuerda con el lema oficial del Foro de Davos, «mejorar el estado del mundo”.
Grandes costos
Trump no es el único representante de Estados Unidos en Davos; ocho miembros de su gabinete participarán también en el foro, como el Ministro de Exteriores, Rex Tillerson. No se han filtrado los gastos oficiales del viaje. Un diario suizo calcula que ascenderán hasta los 40 millones de dólares. A Bill Clinton en Davos en 2000 lo acompañaron 1.500 personas, personal de seguridad incluido.
Además de Trump y Modri, también han confirmado su asistencia Angela Merkel, Emmanuel Macron, Theresa May y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. «Prácticamente será una cumbre europea”, dijo el presidente del foro, Borge Brende.
Más jefes de gobierno que nunca
«De África vienen diez jefes de Estado y de gobierno, de Oriente Próximo, nueve y de Latinoamérica, seis. Más que nunca”, continuó Brende. Además acudirán casi 40 organizaciones internacionales desde la ONU, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial hasta Greenpeace y Oxfam.
Además de las cientos de mesas redondas oficiales y medio oficiales, por primera vez habrá actos a puertas cerradas. En estas «sesiones diplomáticas” se debatirá sobre zonas en conflicto, como Siria, Corea, el Próximo Oriente y la situación en el Cuerno de África.
El foro tendrá más contenido político debido a la influencia de Borge Brende, el antiguo Ministro de Exteriores de Noruega, quien fue nombrado nuevo presidente del Foro Económico Mundial en otoño de 2017 y sucesor de Schwab, quien en marzo cumplirá 80 años.
Problemas de la globalización
El foro de Davos está considerado el encuentro anual de la élite de las finanzas y el poder a nivel mundial, pero también como espacio para reflexionar sobre problemas de la globalización.
Los temas, como la contaminación medioambiental, la justicia distributiva, los puestos de trabajo inseguros y el futuro de los sistemas acaparan mucho espacio en la lista de temas a tratar. Entre los 3.000 participantes hay muchos investigadores, entre ellos, doce premios Nobel.
«Hoy cabe el peligro real de que nuestro sistemas globales se rompan», dijo Klaus Schawab. «Pero los cambios no suceden porque sí. Depende de nosotros mejorar el estado del mundo y para ello está también este foro económico”, explicó.
La argumentación es típica de Schwab. Describe la situación actual de extremadamente seria sin poner énfasis en la corresponsabilidad de los que se reúnen en Davos. Usa la descripción de la situación como argumento en favor de la creciente relevancia del foro.
Para los políticos participantes, Davos tiene un punto a favor y es que no se realizan declaraciones que deben negociarse previamente, como en otras cumbres. En Davos, ellos pueden decir que simplemente han intercambiado opiniones.