Las más reciente encuesta preelectoral revela buenas noticias para Andrés Manuel López Obrador y malas para Ricardo Anaya y José Antonio Meade. El morenista, como ocurre desde hace varios meses, nuevamente aparece en primer lugar de preferencias. El panista, a pesar de haber difundido miles de spots, se encuentra estancado en el segundo lugar. El priista, por su parte, baja un poquito para mantenerse anclado en el tercer lugar. Más de un mes después del inicio de las precampañas, y después de muchos spots, poco ha cambiado.
Desde que comenzaron a elaborarse sondeos sobre la carrera presidencial el año pasado, Andrés Manuel López Obrador ha demostrado solidez. Todas y cada una de las encuestas serias lo han posicionado en el primer lugar. Sólo una, la de GEA/ISA lo han colocado en empate técnico (por el margen de error), pero en primer lugar. En estricto sentido, el tabasqueño nunca ha aparecido en un claro segundo lugar. Tampoco ha sido el caso en esta nueva ronda de encuestas que empezaron a publicarse: AMLO sigue firme en el primer lugar de las intenciones de voto con el 33% de las preferencias de acuerdo con la encuesta de Consulta-Mitofsky publicada ayer en El Economista y levantada ya en este mes de enero (este porcentaje es la preferencia efectiva descontando a un 27.8% de encuestados que no reveló intención de voto alguna; el dato bruto para Andrés Manuel López Obrador, reportado en la encuesta, es de 23.6 por ciento).
Actualmente, AMLO presenta tres fortalezas que explican su permanencia en el primer lugar. Primero, por razones obvias, es el candidato con más reconocimiento de nombre de todos. Es lógico: lleva 15 años en campaña. Segundo, al parecer tiene un voto duro ya muy consolidado. Un piso del cual no baja, pero que también parece ser un techo porque, encuesta tras encuesta, no sube más allá del tercio de votos. Y aunque la encuesta de CM no lo reporta, sabemos que el morenista está muy bien posicionado en entidades del centro y sur del país, donde se concentran votos importantes.
Las intenciones de voto se mantienen muy estables a pesar de la feria de spots que nos inundan día con día en los medios electrónicos. ¿Quiere decir, entonces, que los anuncios no sirven para nada?
Si la variable para evaluar su eficacia es cambios en las preferencia electorales, la respuesta sería no. Pero, a estas alturas de la campaña, lo más importante es darse a conocer por el electorado: el famoso “reconocimiento de nombre”. Desgraciadamente,
El Economista no reportó ayer esta variable que me parecía la más relevante. Ya sabemos, como mencioné arriba, que Andrés Manuel López Obrador es prácticamente conocido por todos los mexicanos. Pero no es el caso ni de Anayani de Meade. En la última encuesta de Buendía&Laredo en El Universal de diciembre, 67% de los electores identificaba el nombre de Anaya y sólo un 28%, el de Meade. Si estos porcentajes no cambiaron en enero, entonces sí concluiríamos que los spots no están sirviendo de nada.
Por cierto, hablando de spots, otro encuestador, Ulises Beltrán, nos compartió una encuesta telefónica de cuáles eran los anuncios más recordados por la gente. ¿Cuál cree usted que se llevó el primer lugar? Efectivamente, el de Movimiento Ciudadano donde sale un niño cantando esa maldita canción pegajosa de “movimiento naranja na na na”. A eso hemos llegado. A la trivialización extrema de la política con un gingle pegajoso que no propone absolutamente nada.
Primer blitz comunicativo de nuestra feria de spots electorales. Primer mes de precampañas oficiales con muchos spots y pocos cambios en las preferencias. Sin embargo, todavía falta mucho. No sabemos cómo van a influir los escándalos que vayan surgiendo ni cómo se van a ir definiendo los votantes sin identificación partidista que todavía se encuentran indecisos ni cómo se va a comportar el voto estratégico en caso de que uno de los tres candidatos se desplome a un lejano tercer lugar. Este mes poco cambió, pero esto no significa que la elección esté ya definida.
Twitter: @leozuckermann