Ayer por la noche -como es tradición-, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump acudió al Capitolio para hablar frente a los congresistas y senadores sobre su año en el gobierno y su visión para el 2018.
Si bien tradicionalmente este mensaje se utiliza para presentar la agenda legislativa del presidente y las prioridades del gobierno federal, frente a los escándalos de los últimos días de la presidencia de Trump nadie sabía qué esperar. ¿Qué fue lo que sucedió?
IT’S THE ECONOMY STUPID!
Con todas las controversias que continúan surgiendo desde la Casa Blanca, es un hecho que lo único positivo de 2017 para la administración de Trump fue la economía.
La creación de empleos y el mercado financiero experimentaron un sustancial aumento durante el último año y si bien no queda claro si esto fue consecuencia de la administración de Trump o las tendencias económicas globales, la economía estadounidense está mejorando.
Tanto los empresarios como los mercados financieros han reaccionado de manera positiva a la presidencia de Trump y el presidente presentó resultados a los cientos de votantes que le dieron prioridad a la economía sobre cualquier otra cosa en la elección del 2016.
DIOS, LOS CIUDADANOS Y LA NACIÓN
Durante todo su discurso el presidente hizo constantes referencias a la religión y al patriotismo que caracteriza al pueblo estadounidense. El uso de estos conceptos durante el discurso no fue coincidencia.
La base electoral que más apoyo ha mostrado al presidente está conformada por cristianos evangélicos, mismos que han llegado a considerar la llegada de Donald Trump a la presidencia como un regalo de Dios.
De la misma forma, durante todo el discurso, el presidente hizo referencia a la vida de diferentes ciudadanos que durante el 2017 se enfrentaron a un desastre natural o a una situación extraordinaria y encontraron la forma de salir adelante. Con estos mensajes el presidente retomó las líneas discursivas enfocadas a su base electoral mismas que le dieron excelentes resultados en su campaña presidencial.
LOS PLANES FRUSTRADOS DEL PRESIDENTE
Durante el discurso, Trump recalcó la necesidad de aprobar un plan que revitalice la infraestructura en todo Estados Unidos. De la misma forma, recalcó que seguirá buscando que Estados Unidos reciba los mejores acuerdos comerciales. Estos dos temas fueron discutidos todo el 2017; sin embargo, la falta de liderazgo del presidente Trump con los legisladores republicanos dificultó que algún tipo de propuesta en esta área fuera discutida.
Adicionalmente, al tocar estos temas, el presidente Trump demostró que ni él ni su equipo cercano cuentan con una idea clara de cómo ejecutar sus propuestas. El controversial libro de Michael Wolff, Fire and Fury, sacó a relucir la falta de conocimiento de políticas públicas por parte del presidente y durante su discurso fue evidente que la administración sigue sin contar con un plan para ejecutar sus propuestas principales.
No obstante, frente al éxito que los republicanos tuvieron con la reforma fiscal se abre un área de oportunidad para la administración de Trump para posicionar estos dos temas en la agenda legislativa.
¿UNA SOLUCIÓN A LA MIGRACIÓN?
Frente a las amenazas de construir un muro con México y la clasificación de ciertos países como shithole countries, el presidente Trump utilizó su discurso para presentar una propuesta de reforma migratoria compuesta de cuatro pilares. El primer pilar buscará otorgarles la nacionalidad a 1.8 millones de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos mientras eran niños.
El segundo pilar buscará la construcción de un muro en la frontera con México con el fin de reforzar la seguridad. El tercer pilar terminará el programa de visas otorgadas por medio de una lotería y finalmente, el cuarto pilar buscará detener la migración a través de familiares.
Los últimos tres puntos serán muy controversiales y aún queda por verse si los demócratas estarán dispuestos a apoyar la construcción del muro a cambio de la protección a los dreamers y otras medidas.
UNA NUEVA POLÍTICA EXTERIOR
El mensaje más importante de la noche fue en la línea de política exterior. El presidente Trump hizo un llamado al Congreso para reevaluar el acuerdo nuclear de Irán, destinar más fondos a las fuerzas armadas y comenzar a retirar la ayuda económica de aquellos países que no son “amigos” de Estados Unidos.
De la misma forma, el presidente recalcó que la prisión de Guantánamo se mantendrá abierta y mandó una advertencia al régimen de Corea del Norte. La posición del presidente en estos temas abre la posibilidad de que este año veamos una política exterior más agresiva hacia ciertas regiones, especialmente en la península coreana, donde ya se habla de la elaboración de un plan de ataque preventivo.
¿EL VENDEDOR O EL PRESIDENTE?
Como lo estableció el New York Times, Donald Trump hizo una excelente labor como vendedor. A través de todo el discurso, exagerando cifras y jugando con los contextos de la información, el presidente reflejó una gobierno que después de un año logró cumplir con muchas de sus promesas. Es un hecho que el presidente Trump salió bien librado de este discurso y si bien muchos analistas consideran que el mensaje del presidente fue adecuado, queda en duda cuánto tiempo durará el perfil presidencial que Trump mantuvo durante su discurso.
¿QUÉ ESPERAR DEL 2018?
Después de escuchar la agenda del presidente, se pueden entrever los temas que serán relevantes para este año.
En primer lugar, la reforma migratoria será un tema prioritario en la agenda política por los siguientes meses y es probable que la atención de la Casa Blanca y de ambos partidos se enfoque extensivamente en consolidar un tipo de acuerdo. De la misma forma la creciente tensión con Corea del Norte será un tema donde la administración de Trump buscará actuar efectivamente.
Finalmente, este año Estados Unidos tendrá elecciones intermedias y será interesante ver si el presidente logra moderarse durante estos meses con el fin de garantizar victorias al Partido Republicano. El ganador de ayer fue Donald Trump queda por verse por cuanto tiempo.