Francisco Martínez es taquero en un popular establecimiento en el metro Chapultepec, y ha sido testigo de cómo el aumento de precios el año pasado ha afectado su negocio. “El gas, la carne y todo lo que usamos sale cada vez más caro: aunque uno no quiera, llega el momento en que tiene que subir los precios”, dice el cocinero a Verne.
En 2017, el aumento generalizado de precios (fenómeno conocido por los economistas como inflación) ha alcanzado niveles no vistos desde hace más de una década en México. De acuerdo con cifras del Banco de México, a finales de noviembre el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un aumento de 6,63% en un año. Sin embargo, existen algunos productos que registran un aumento mucho más elevado, entre ellos el gas, la gasolina y algunos ingredientes que se utilizan para preparar los muy populares tacos al pastor.
Jorge Sánchez Tello, economista de la Fundación de Estudios Financieros del ITAM indica que un taco al pastor es reflejo del aumento de los ingredientes para su preparación, los que han tenido aumentos superiores a la medición general que hace el Banco de México y el INEGI. “Tan solo la canasta alimentaria básica que consumimos en México aumentó 9,25% el año pasado”, dice a Vernevía telefónica. “A nivel individual cada persona tiene una inflación propia que depende de su consumo. Si alguien come tacos al pastor tendrá un dato distinto de quien come tacos de canasta”.
La tortilla, uno de los alimentos principales de la cocina mexicana e ingrediente indispensable de los tacos al pastor podría aumentar 30% en 2018, mientras que el gas LP que se usa para la preparación de tortillas y de la carne se ha disparado más de 30% en un solo año. “Si la tortilla sube a 17 pesos no vamos a tener de otra que subir los precios”, dice el taquero Martínez, quien se había resistido a ajustar sus precios para no perder clientela.
Además, el costo del kilogramo de carne de cerdo, cebolla, y piña también han tenido aumentos de entre 10 y 30% en el último año de acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados de la Secretaría de Economía, herramienta que brinda información sobre el precio promedio de los principales centros de abasto. En lugares como supermercados o tiendas minoristas el precio puede ser mayor.
El efecto del alza en gasolina y gas
Con la liberalización de los precios de la gasolina en noviembre pasado, la Secretaría de Hacienda puede fijar la tasa de impuesto que considere necesaria para estabilizar el precio, pero estará sujeto a la oferta y demanda que dicte el mercado, dice el economista. “La mayor parte de los alimentos tienen que ser transportados a los centros de abasto, si sube el precio de la gasolina que se usa en los vehículos, los productores pueden argumentar que deben subir los precios”, dice Sánchez Tello.
Uno de los motivos expuestos por los productores de tortilla para realizar un aumento es el costo del gas LP, cuyo precio pasó de 15,05 pesos en enero a 18,71 pesos por kilogramo de combustible en diciembre, según el registro de la Comisión Reguladora de Energía. “Eso es lo que más ha subido y está más caro cada semana”, dice el taquero Martínez. La Comisión Federal de Competencia Económica y la Secretaría de Economía han planteado que ese aumento es injustificado y constituye una violación a la ley, pues este aumento se deriva de una práctica monopólica por parte de los productores al fijar un precio.