La Secretaría de Hacienda y Crédito Público destacó que en las más recientes Perspectivas sobre la Economía Mundial de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, las reformas estructurales y el manejo de la macroeconomía en México permitieron que el organismo internacional elevara la expectativa de crecimiento económico de México a 2.4 por ciento para 2017, desde un estimado previo de 1.9 por ciento. Para 2018, pasó de 2.0 por ciento a 2.2 por ciento, mientras que su previsión para 2019 se ubicó en 2.3 por ciento.
Sin embargo advirtió que la economía del país está expuesta a choques externos, principalmente, relacionados con cambios en las políticas comerciales y económicas que pudieran llevar a cabo los Estados Unidos, además de que la incertidumbre asociada a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) podría persistir, y retrasar la inversión y los avances logrados por las reformas estructurales.
El estudio precisa que la deuda de las empresas y los hogares mexicanos es baja, y que la supervisión de las instituciones financieras es «adecuada», aunque podría fortalecerse si se le otorga independencia presupuestaria a las agencias de supervisión no autónomas, a fin de que puedan asignar recursos de acuerdo a sus necesidades y prioridades supervisoras.
Con respecto al gasto destinado a programas sociales, se sugirió simplificar los procedimientos administrativos para acceder a las transferencias en efectivo e incrementar su alcance, con la finalidad de contribuir con la reducción de la pobreza extrema.
La OCDE consideró que la economía mexicana se estabilizará y habrá una mayor contribución de las exportaciones y de la inversión al crecimiento; el consumo privado se desacelerará a medida que la inflación disminuya el poder adquisitivo y se modere la expansión del crédito ante el endurecimiento de la política monetaria.
El documento destacó que se espera que la actividad del sector de la construcción repunte, desde sus niveles mínimos históricos, reflejo de las actividades de reconstrucción después de los terremotos ocurridos en nuestro país en el mes septiembre.
Adicionalmente, se espera que las reformas estructurales y las licitaciones «exitosas» en el sector energético impulsen la inversión privada en México.
Asimismo consideró que probablemente el proceso de consolidación fiscal continúe, conteniendo el crecimiento de la deuda pública como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), lo que ayudará a mantener bajos los costos de financiamiento.
La tasa de política monetaria seguirá siendo más alta que en años anteriores, en tanto que la inflación se mantenga por encima del objetivo del banco central, limitando el crecimiento del crédito. A medida que la inflación regrese a su objetivo, las autoridades monetarias deberían relajar su postura de política monetaria para apoyar la inversión y el crecimiento.
El organismo internacional considera que las perspectivas de corto plazo son positivas, pero que aún prevalecen debilidades como la alta deuda de los hogares y de las empresas en muchos de los países, tanto desarrollados como emergentes, que ponen en duda la sostenibilidad del crecimiento en el mediano plazo. Por lo que exhorta a los países a focalizar las medidas estructurales y fiscales en fomentar el potencial de crecimiento de largo plazo.
Asimismo, la OCDE elevó su estimación de crecimiento global para 2017 a 3.6 por ciento y destacó que dicho crecimiento es más más sincronizado entre los países. «Esta expansión se encuentra apoyada por un aumento del empleo, una moderada recuperación de la inversión y un incremento del comercio».