Ya están a la vista las fiestas navideñas y muchas son las personas que se preguntan qué pueden hacer para no presentarse en enero con unos kilos de más. Los extremos no son recomendables, puesto que aislarse y no celebrar estas fechas implica perder muy buenos momentos con la familia y los amigos, buenas comidas, una tradición…, pero también es cierto que Navidad no debe ser sinónimo de comer en exceso. Sin duda, son momentos para el disfrute y la diversión, pero que exigen tener un control para que no originen un problema de peso y de salud.
«Primeramente, tenemos que preguntarnos ¿qué queremos conseguir estas Navidades? Debemos tener en cuenta que este objetivo sea asequible y realista, abordar demasiado o fijar expectativas muy altas sólo hará que nos frustremos. Mantener lo obtenido hasta el momento puede ser un buen propósito», afirma Elena de la Fuente, nutricionista del Hospital Quirónsalud San José.
Si la Navidad propiamente dicha comienza el 24 de diciembre y finaliza el 6 de enero, habrá que enfrentar un total de 70 comidas en este periodo, de las que sólo cinco son festividades. «En lugar de centrarnos en los días de fiesta, vamos a fijar la atención en las 65 comidas restantes. Cierto es que vamos a encontrarnos con otros compromisos con amigos, compañeros de trabajo… y aquí será cuando tendremos que tener cuidado para no activar el piloto automático, porque esas quedadas de más son las que pueden desequilibrar la balanza», advierte De la Fuente.
Navidad saludable
La especialista del Hospital Quirónsalud San José sugiere una serie de pautas para disfrutar de una Navidad más saludable y cumplir con el objetivo de mantener el peso.
– La Navidad no empieza el 15 de diciembre con la cena de empresa y acaba el 6 de enero con el roscón de Reyes. Las fiestas o días de celebración han de ser puntuales. «Además de las tradicionales cenas de Nochebuena y Nochevieja y las comidas de Navidad y de Año Nuevo podemos tener algún evento más, pero no un mes entero de excesos», señala.
– En muchos hogares es tradición cocinar gran cantidad de comida y consumir las sobras los días posteriores. Gran error, ya que el exceso no sólo lo estaremos haciendo el día de la celebración en cuestión, sino también los días sucesivos. Así que lo mejor es intentar cocinar sólo la cantidad que se va a consumir ese día, y si sobra algo, repartirla entre los invitados.
– Esto es aplicable también a los dulces, pues no es cuestión de tener la bandeja de turrones, polvorones, mazapanes, etc. todo el mes en exposición. «Si eres goloso, tendrás que luchar todos los días con la tentación y, ya se sabe, la mejor manera de no caer en la tentación es no tenerla a nuestro alcance. Para ello, planifica bien la compra para que tengamos los dulces los días especiales y los consumamos en cantidad moderada», continúa De la Fuente.
– Escoge unos entrantes ligeros (marisco, ensaladas, verduras, sopa de marisco…). Es habitual que la mesa esté llena de platos con diferentes aperitivos. En este caso, en lugar de comer directamente de las bandejas, pues al final se pierde la noción de cuánto hemos comido y llegamos al plato principal casi sin hambre, es preferible servir lo que vayamos a consumir en un plato y evitar repetir.
– Como platos principales es más recomendable escoger pescado a carne y dentro de las carnes decantarnos por aquellas más magras, como el pavo o el pollo. Pero si es tradición preparar cordero o cochinillo, disfruta de esos platos típicos controlando la cantidad.
– Es aconsejable que las guarniciones no sean muy contundentes. Podemos preparar, en sustitución de las patatas fritas, patata cocida, asada o en puré, verduras al horno o a la plancha, ensaladas…», propone Elena de la Fuente, quien también sugiere vigilar la cantidad de pan: «Procura servirte un trozo pequeño para acompañar la comida y evita mojarlo en salsas o untar de mantequilla».
– También se ha de tener en cuenta la bebida que acompaña los platos. Las bebidas alcohólicas dan calorías vacías, es decir, mucha cantidad de energía y poco o ningún aporte nutricional. «Debemos tener especial cuidado con aquellas de alta graduación alcohólica o combinados que, además del alcohol, tienen gran cantidad de azúcar», advierte.
– El postre. ¿Por qué no preparar uno diferente con una base de fruta como alternativa saludable para no acabar con malestar después del banquete? Carpaccio de piña con zumo de naranja y canela, brocheta de frutas con cobertura de cacao, manzana asada con canela, peras al vino… Existen multitud de posibilidades para no dejar indiferentes a los invitados.
– Practica ejercicio. Es la mejor forma de compensar los excesos. Ayuda a mantener el equilibrio y que lo que se ha comido y bebido durante estos días no tenga un impacto negativo en el peso.