El obscuro cielo invernal de Islandia se comienza a alumbrar. Lentamente aparecen luces, tenues y discretas, en la distancia, creciendo y acercándose poco a poco. Se agrandan, se aclaran y en unos segundos cubren por completo al estrellado cielo. Luces verdes, blancas y rosadas bailan al ritmo de una canción cuya melodía está fuera de nuestro alcance; solo podemos imaginarla. Hay destellos y danzas, la intensidad de las luces sube y baja repentinamente. Se expanden, se achican, juegan y se corretean. Este es el espectáculo de las Auroras Boreales.
Con el propósito de ser espectadora de este mágico y maravilloso show viajé a Islandia, el paraíso para los que queremos observar a las Auroras Boreales, o las ‘Northern Lights’. Durante los meses fríos del año – entre septiembre y marzo – en Islandia tenemos grandes de verlas en todo su esplendor.
Al viajar a través del país me quedé unos días al norte de Reykjavik, la capital del país, a unas pocas horas de la espectacular Snaefellsness Peninsula. Me hospedé en el hermoso hotel Husafell, enclavado en la naturaleza y al borde del deshabitado interior de Islandia.
El hotel boutique abrió sus puertas en el 2015 en el Borgarfjordur Valley, rodeado por obscuridad y silencio absoluto ¬¬– el perfecto destino para gozar del magnifico espectáculo que son las Auroras Boreales.
Con solo presionar un botón, los huéspedes del hotel que nos hemos registrado en el servicio de despertador de la aurora boreal somos alertados por teléfono si aparecen las Auroras durante la noche. El hotel Húsafell es considerado uno de los mejores lugares de Islandia para observarlas, con un promedio de tres avistamientos por semana en invierno.
Con un diseño sostenible, un estilo contemporáneo y una pasión por el arte local en su máxima expresión, esta exclusiva propiedad atrae a los amantes de la naturaleza y aventureros que buscan un entorno elegante.
El hotel Husafell auto-sustentable está impulsado por energía 100% renovable producida en el sitio. Ubicada a solo veinte minutos del segundo glaciar más grande de Europa, la propiedad es operada por una familia local cuyas raíces se remontan a siete generaciones.
El perfecto lugar para dejarnos llevar por la magia de este extraño y bello país, en Husafell se vive una verdadera experiencia Islándica.
Entre los volcanes, glaciares y cascadas de Islandia nos encontramos con espacios que se han quedado perdidos en el tiempo y en el espacio, existiendo en una realidad alterna donde la belleza natural se torna en algo inimaginable y sumamente sorprendente. Este es un país mágico, donde el cambiante paisaje se confunde con nuestros sueños y fantasías.