Se cierra otra ronda de la renegociación del Tratado de Libre Comercio entre Canadá, México y Estados Unidos sin avances. La sexta cita será del 23 al 28 de enero de 2018 en Montreal, Canadá.
La quinta ronda de renegociación del TLCAN culminó en México sin mayores avances. A pesar de que no estuvieron presentes los ministros de comercio de los países, con el objetivo de que los grupos técnicos tuvieran más espacio para negociar, los obstáculos de las rondas anteriores siguen presentes.
Como le explicó a France 24 el doctor Jesús Garza, catedrático del Tecnológico de Monterrey, para Estados Unidos persiste en la idea de que el tratado culmina cada cinco años, lo que se conoce como la ‘cláusula sunset’ mientras que para Canadá y México, esto no es aceptable, aunque este último había propuesto hacer una revisión cada 5 años, en vez de terminarlo automáticamente. De acuerdo con Reuters, Estados Unidos no ha respondido a esta propuesta.
El otro obstáculo está relacionado con las reglas de origen relativas a las autopartes. Estados Unidos pretende que los vehículos importados de México y Canadá tengan un 50% de contenido estadounidense. Según Garza, “esto es bastante negativo (para México) porque gran cantidad de los insumos que se utilizan para la producción doméstica son de otros países, sobre todo asiáticos”. Esta propuesta también enfrenta la oposición de la industria automotriz, incluso de Estados Unidos.
Si bien el jefe negociador de Canadá, Steve Verheul, resaltó que su país y México están trabajando muy de cerca y tienen muchos asuntos e intereses en común, una nueva ronda llega a su fin sin resolver asuntos clave, mientras se acerca la fecha límite impuesta por las partes en marzo del 2018.
Como advierte Garza, “El TLCAN es importante para México no solamente por el comercio, ya que 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen a Estados Unidos, sino también por la inversión: 50% de la inversión en México proviene de Estados Unidos”.
El catedrático concluye que la reforma fiscal que cursa actualmente en el Congreso de Estados Unidos también plantea un riesgo para la economía mexicana, ya que “la reducción de impuestos corporativos del 35% al 20% podría reducir el nivel de competitividad de la región”.