Comenzó la quinta ronda de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El gran logro de la cuarta ronda fue la decisión de extender las negociaciones más allá de las siete rondas que originalmente se habían acordado y que terminarían en enero de 2018. Nos iremos a extra innings. La pregunta es cuál será el resultado. No se auguran buenas cosas si el gobierno de Trump insiste que el principal objetivo de la renegociación sea disminuir el déficit comercial que tiene Estados Unidos con México.
De acuerdo con datos del US Census Bureau, el año pasado, Estados Unidos tuvo el mayor déficit comercial del mundo: 750 mil millones de dólares. Cualquier estudiante de economía de primer semestre sabe que el déficit comercial se debe a que nuestro vecino del norte consume más de lo que produce. Si Trump de verdad quisiera bajar el déficit comercial de su país, tendría que implementar políticas públicas para fomentar el ahorro. Es un despropósito resolver el déficit con políticas comerciales proteccionistas. Pero a Trump no le importa la racionalidad económica, sino su popularidad política. Es más popular prometer el cierre de las fronteras que conminar a ahorrar.
Si Trump está preocupado con su déficit comercial, y erróneamente se empeña en disminuirlo imponiendo barreras arancelarias y no arancelarias al comercio entre las naciones, tendría que comenzar con China. En 2016, el déficit de Estados Unidos con el gigante asiático fue de 347 mil millones de dólares, el 46% del total. De hecho, el déficit comercial estadunidense comenzó a crecer exponencialmente desde que China entró a la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001.
Durante su campaña, Trump criticaba tanto a México como a China por supuestas prácticas desleales de comercio que le habían costado miles de empleos a los estadunidenses. Pero, desde que tomó posesión, le bajó el volumen a las críticas hacia los chinos, no así a los mexicanos. El Presidente estadunidense acaba de visitar Pekín y no tocó el tema de las relaciones comerciales de ambas naciones. Mucho se habló de una posible “guerra comercial” de los dos gigantes económicos internacionales durante la campaña de Trump. Lo que ahora vemos es una relación muy cordial entre el Presidente de Estados Unidos y el premier chino, Xi Jinping.
Japón es el segundo país con mayor participación en el déficit comercial estadunidense: 69 mil millones en 2016 equivalentes al 9.2%. Tercero en la lista: Alemania con 65 mil millones (8.7%). Y México aparece hasta el cuarto lugar con 64 mil millones (8.5%). ¿Por qué ensañarse con nosotros? ¿Por qué no tocar ni con el pétalo de un tuit a China, Japón y Alemania?
Lo importante de una relación comercial no es el déficit o superávit, sino el crecimiento de las exportaciones de un país. Exportaciones que generan riqueza y empleos. En el caso de Estados Unidos, en 1993, el último año que se intercambiaron productos con México sin el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, nos exportaron 42 mil millones de dólares. Veintitrés años después, en 2016, ya con TLCAN, nos exportaron 139 mil millones de dólares de 1993 (para quitar la inflación). Esto significa un crecimiento real del 235%. Impresionante. Para Estados Unidos, el libre comercio con México ha sido un gran negocio. Eso es lo importante.
Los 64 mil millones de dólares del déficit de 2016 equivalen al 28% de las exportaciones que nos hicieron Estados Unidos ese año. No es un porcentaje desequilibrado que merezca una renegociación dura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, mucho menos justifique la salida de EU del Tratado.
Finalmente, de todos los países del mundo con que comercia EU, México es el que integra más contenido estadunidense en sus exportaciones al vecino del norte. De acuerdo con un trabajo académico publicado en 2010 (Give credit where credit is due: Tracing value added in global production chains), estamos hablando de un promedio de 39.8%. Compárese este número con el 4.2% de insumos estadunidenses que en promedio contienen las exportaciones chinas a EU. La diferencia es enorme.
La teoría y los números no mienten. El déficit comercial con México no es un problema para EU. El problema real es la utilización demagógica de Trump de temas relacionados con nuestro país para ganar votos. Típico populista que pone en peligro el bienestar económico con fines políticos. Es por eso que peligra el TLCAN, un Tratado que, por donde se vea, ha beneficiado a México, Canadá y Estados Unidos.
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