Empresarios de Estados Unidos siguen preocupados por las propuestas que ha planteado su gobierno en las negociaciones para la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pues quedarían vulnerables ante la eliminación o la integración de temas como la solución de controversias o la cláusula «Sunset».
«Es muy preocupante la posición de Estados Unidos, y esto que nosotros hemos estado comunicando, es resultado y a petición expresa de los empresarios, sobre todo de los norteamericanos, por las decisiones comerciales y políticas que ha tomado este gobierno», manifestó la presidenta de ICC México, María Fernanda Garza Merodio.
En el marco de la quinta ronda de negociaciones del TLCAN, que inició hoy con reuniones de los grupos técnicos, advirtió que las propuestas estadounidenses van en contra de la competitividad de la región, porque perjudicarían el comercio de las cadenas productivas, pero en mayor media a los sectores automotriz y textil.
Un posible fin del tratado tripartita dejaría sin empleo a 1.3 millones de personas en México, Estados Unidos y Canadá, según un estudio elaborado por la consultora Impact Econ, recordó la titular de la Cámara Internacional de Comercio (ICC, por sus siglas en inglés).
No obstante, manifestó que la propuesta de incluir la cláusula de «caducidad o Sunset, la cual plantea que el TLCAN expire en cinco años, a menos que las partes acuerden extenderlo, es «muy poco realista», porque los inversionistas y empresarios buscan sólo certidumbre en sus negocios, al apostar con grandes montos que, en ocasiones, no pueden recuperar en ese tiempo.
«Eso anula completamente el propósito de un tratado de libre comercio», subrayó Garza Merodio, quien refirió que la incertidumbre también es constante por la intención de suprimir los paneles de solución de controversias del Capítulo 19.
«Ellos (empresarios estadounidenses) son los más preocupados porque son los que han ganado más de conflictos (legales) que ninguno de los otros dos países», remarcó en entrevista con Notimex.
Esto, porque el Capítulo 19 permite que las tres naciones soliciten el establecimiento de paneles binaciones independientes, cuando sus exportaciones o productos sientan que son víctimas de decisiones comerciales desleales por algún otro miembro del acuerdo.
Recalcó que las propuestas de Estados Unidos son totalmente inconsistentes con los principios del libre comercio y de la libre empresa, cuyos propósitos también habían sido promulgados y apropiados por la Unión Americana.
«(Lo mismo) vemos con los mensajes del presidente Donald Trump en la reunión de la APEC -Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico- donde llamó a la unión de todos los países en torno al tema de Corea del Norte, pero por otra parte quiere cerrar la economía y mantener a Estados Unidos solo», expuso.
De manera que el retroceso de la región no sólo afectará a las empresas, sino también a los trabajadores, como los del sector agropecuario, y en mayor medida a los consumidores de los tres países, advirtió.
De cumplir sus planes de cancelar el TLC, Garza Merodio explicó que los tres países comercializarían sus productos con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) «y nosotros no salimos tan perjudicados como los empresarios estadounidenses».
Lo anterior porque las cuotas de México con la OMC son muy cercanas a aquellas establecidas dentro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y, por ello, la afectación sería entre uno y tres puntos porcentuales, acotó.
En cambio, indicó, los aranceles de los productos exportados hacia Estados Unidos se podrían elevar hasta siete puntos. «Entonces, ellos sí van a tener una afectación mayor», insistió.
Frente a este escenario, la presidenta de ICC pidió que en las renegociaciones del TLC prevalezca la razón, sin dejar de abandonar la visión de prosperidad y competitividad que por más de 20 años se ha pugnado en dicha región.
«Debemos mantener una visión amplia porque lo que buscamos es expandir el comercio y no que se restringa», reiteró Garza Merodio, al añadir que el TLCAN es mucho más que un tratado de libre comercio, «es la piedra angular de la relación entre los tres países».