Hace unos años asistí a la presentación del Instituto de Estudios Estadounidenses en Bogotá, atraido por la posibilidad de conocer algo más sobre los Estados Unidos, país que me ha gustado desde mi niñez y en el que he tenido la posibilidad de residir brevemente en algún momento de mi vida. Pero algo que me llamó más la atención fue el propio nombre del instituto presentado.
En 1507, el cartógrafo alemán Martín Waldseemüller realizó el primer mapamundi en el que se llamaba al nuevo continente “América” en honor al navegante y cartógrafo italiano Americo Vespucio; pero fueron los habitantes de las 13 colonias británicas de los hoy Estados Unidos, que se emanciparon de Inglaterra, quienes se apropiaron del nombre en el momento de redactar su declaración de independencia para denominar a un pequeño territorio de su actual país. Se autodenominaron “representantes de los Estados Unidos de América”.
En 1823, el diplomático y político estadounidense John Quincy Adams acuñó la frase “América para los americanos” en el marco de la Doctrina Monroe, con el fin de hacerle saber a los europeos que los Estados Unidos pertenecían a los estadounidenses. Esta, en mi opinión, imprecisión es evidente en el idioma inglés donde la palabra american se utiliza para referirse a lo estadounidense, aunque han existido algunas variantes en ese idioma poco conocidas y utilizadas como unitedstater, unitedstatesian, columbian, colonican, o appalacian.
Por otra parte, tampoco debe llamarse a los estadounidenses norteamericanos porque la parte norte del continente está conformada también por Canadá, Groenlandia y México, si se tiene en cuenta que el subcontinente norteamericano se extiende al sur hasta el istmo de Tehuantepec, haciendo que la mayor parte de México se encuentre en Norte América. Llamarlos norteamericanos sería como llamar a los colombianos solamente suramericanos.
No quiero que se tome esta posición como una antiestadounidense o anticapitalista, es una cuestión de idioma e historia y no de política o economía. Reitero mi gusto por los Estados Unidos, su gente y su organización social y política, sin tener en cuenta las acciones imperialistas de algunos de sus gobiernos. He vivido y espero volver y hasta vivir nuevamente en la gran nación norteamericana (es norteamericana, pero no exclusivamente).
Así que el gentilicio para los Estados Unidos debe ser estadounidense y no americano ni norteamericano, y mucho menos gringos o yankies, remoquete peyorativo para los mismos estadounidenses.