Cada quien tiene un tema y alguna persona con la que se atora la conversación y se engancha
Engancharse y comprar problemas ajenos puede crear tan graves consecuencias como el ignorarlos y dejarlos crecer. Ninguna de las dos opciones es buena, ni son alternativas sanas. Es bueno tener el poder para decidir cuándo callar y dejar pasar el comentario y cuando hay que actuar y ser parte de la conversación. También es importante reconocer que hay ocasiones que lo que se escucha, no está dirigido a uno, por lo que se debe dejar pasar el comentario sin culpa, ni resentimiento.
NO engancharse se refiere al simple hecho de no discutir con quien solo quiere pelear, no hablar con el que no quiere escuchar, no tomar a personal comentarios provocantes o irritantes, y por supuesto, no meterse en discusiones irrelevantes que de entrada, no tendrán solución y solo provocaran frustración, distancia y malestar.
No engancharse es tener la posibilidad de escuchar y entender el problema o frustración de otros, sin tener que sentir que este es un llamado personal, o que se tiene el compromiso de hacer algo al respecto. No engancharse se refiere al hecho de tener la fortaleza de escuchar, respirar y sonreír entendiendo desde el fondo del corazon que hay asuntos que parecen personales pero en realidad no tienen relación directa con uno.
Una persona que provoca y lastima, carga una pena grande que no sabe cómo confrontar ni sanar, si no le peleas, la ayudas a sanar.
Aclaración, el no engancharse no implica dejar de sentir dolor porque las palabras que provocaron el malestar o la irritación. Los sentimientos de enojo y frustración son válidos. De hecho, cuando la persona que agrede, sabe hacerlo justo donde duele más. Esa reacción es precisamente la que está buscando. Es más fácil iniciar una pelea con otros que confrontar los demonios consigo mismo.
Lo que complica la posibilidad para no engancharse, tiene que ver con el hecho de que nadie es tan santo… ósea, de alguna manera cada quien guarda algún sentimiento o tiene alguna pequeña culpa que hace ruido por lo que le fácil poderse enganchar en ciertas platicas.
Es un arte, aprender a no engancharse. Hasta la persona más inteligente y preparada puede caer en una discusión que no tenía que ver. Es importante estar consiente que las relaciones cercanas tienen temas difíciles que se interrelacionan con frecuencia por lo que la probabilidad de enchancharse es mayor.
CONSEJOS PARA NO ENGANCHARSE:
- Cuando alguien te diga algo que lastime, en lugar de pelearlo y agredir de regreso reconoce que tienes el poder para callar, no engancharte o seguir la discusión.
- Trata de entender a la persona que te agrede. Esto implica reconocer sus problemas, sus virtudes y sus limitaciones así, sabes cómo cuando puedes hablar y te puede escuchar.
- Separa tus emociones de lo que escuchas y concéntrate en no provocar más enojo.
- Busca la fuente del enojo. Esto libera la culpa y aclara malos entendidos.
- Recuerda la incomodidad o el dolor se pasan rápido, aguanta un poquito y triunfaras.
LA RECETA
Platicas serenas
INGREDIENTES:
- 1 taza de precaución – reconocer la posibilidad que provoca la relación en trato
- 1 manojo de calma – prudencia y control de los sentimientos personales
- 2 racimos de fortaleza – valor para resistir la incomodidad por el maltrato
- 1 pieza de compasión – entender a la persona que lastima y tratar de darle crédito a su dolor
- 2 cucharadas de prudencia – buscar el momento adecuado para expresar y aclarar las cuestiones
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
Uno siempre tiene el poder para callar y no engancharse cuando se tiene que tratar con personas hirientes, difíciles o enojadas.
Como evitar engancharse:
- Cuando uno está en paz con uno mismo es más fácil tener paciencia y compasión por los demás. La paz y la alergia se transmite y contagia al universo además sirve de escudo contra el maltrato de los otros.
- El valor transforma el dolor en comprensión. Escuchar palabras que lastiman y dejarlas pasar, libera la necesidad de tenerlas que contestar, fortalece al alma forjando nobleza y bondad.
- Pelear contra el enojo de otros es una batalla perdida. Es importante reconocer el enojo, aceptarlo y hacer paz con él. El enojo es un sentimiento valido y necesario. La persona que conquista su enojo, gana la paz emocional y vive en plenitud.
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