Los mexicanos que viven en el exterior enviaron dos mil 459.7 millones de dólares a sus familiares en julio, o 9.7% más con respecto al mismo mes de 2016 lo que permitió que esas transferencia mantuvieran el nivel récord de envíos que se han venido reportando a lo largo del año.
Así, las llamadas remesas alcanzaron un total de 16 mil 405 millones de dólares en los primeros siete meses del año, o un avance de 6.5% frente al mismo lapso del año anterior.
El país, como en meses pasados, nunca había recibido tantos recursos por concepto de remesas en un lapso similar, al menos desde que Banco de México comenzó a llevar el registro hace 22 años.
Los recursos recibidos por concepto de remesas incluso superaron las expectativas de los economistas, quienes, de acuerdo a la encuesta de Infosel, previeron la llegada de dos mil 380 millones de dólares al país por ese concepto.
El incremento de los recursos enviados desde el exterior es una buena noticia para la economía, ya que muchos los fondos que llegan al país son utilizados por las familias de los migrantes para consumo básico y permiten que el mercado interno se mantenga como uno de los mayores impulsores del crecimiento económico del país.
Para muchos economistas, las remesas y la creación de empleos que ha registrado el país este año, combinado con un mayor otorgamiento de crédito por parte de las instituciones financieras nacionales, explican porqué el país ha sorprendido favorablemente en materia de crecimiento económico este año.
Ese avance lo explica principalmente el mayor gasto de los consumidores, que incluso ha compensado una menor inversión y que combinado con el repunte de las exportaciones en 2017 han provocado que México registre hasta ahora una tasa de crecimiento mayor a 2% y cercana a 3%.
Si las remesas se miden en pesos, que es la moneda en que se gastan en el país, entonces el envío de remesas creció menos –5.4%– con respecto a lo registrado en el mismo mes de hace un año, por la apreciación que ha registrado la moneda mexicana contra el dólar.
En julio, el tipo de cambio contra el dólar se fortaleció 2% con relación a junio, mientras que en términos anuales subió 4.1%. Las ganancias de la moneda han provocado que por cada dólar que reciben en México los familiares de los trabajadores mexicanos radicados en el extranjero reciban menos pesos.
Claro que a pesar de la mayor fortaleza de la moneda mexicana, las remesas en pesos han registrado aún un avance de 12.7% en el periodo enero-julio, contra el mismo lapso de 2016.
Algunos especialistas, sin embargo, temen que las remesas, al menos en agosto y septiembre, puedan perder el buen ritmo que han registrado este año por el impacto negativo que podrían tener en el empleo de trabajadores mexicanos los desastres ocasionados por el huracán Harvey en el estado de Texas, principalmente en la ciudad de Houston.
El año pasado las remesas que llegaron al país provenientes de esa entidad de la Unión Americana sumaron tres mil 770 millones de dólares, o 14.6% del monto total que recibió el país por ese concepto, de acuerdo al Anuario de migración y remesas México 2017 que elaboró el banco BBVA Bancomer, la mayor institución financiera del país, en colaboración con la Comisión Nacional de Población (Conapo), una dependencia de la Secretaría de Gobernación.
Sólo el estado de California, en la costa Oeste de Estados Unidos, supera a Texas como entidad originaria de remesas a México. Los fondos que llegaron al país desde esa localidad representaron 31.1% del total en 2016.
Así, para algunos expertos, muchos trabajadores mexicanos que viven en Texas podrían verse imposibilitados a enviar recursos al país frente a la suspensión de actividades que dejaron las inundaciones provocadas en Houston por Harvey.
Claro que, por otra parte, hay quien considera que en el mediano plazo esos y otros trabajadores mexicanos podrían verse favorecidos por los esfuerzos de reconstrucción que el gobierno y la iniciativa privada inicien en breve en la zona siniestrada.
Dado que gran parte de los trabajadores mexicanos en el exterior se dedican a labores de construcción, muchos de ellos ante la necesidad de empresas, familias y entidades de reparar las propiedades dañadas, podrán tener más empleo y gracias a ello más recursos, que en última instancia les podrían permitir incrementar sus envíos a las familias en el país.
El gobernador de Banco de México, Agustín Carstens, dijo recientemente que él no ve necesariamente un impacto negativo en la actividad económica por los problemas que hoy enfrenta Texas, ya que por lo general las medidas que toman las autoridades para reparar los daños detonan una mayor actividad económica.
“Normalmente lo que sucede en estos eventos muy lamentables es que en el corto plazo sí se tiene una afectación en el crecimiento, pero muy rápido se empieza a revertir el efecto, al grado de que se vuelve un factor de crecimiento todavía más acelerado”, dijo Carstens, durante la sesión de preguntas y respuestas de la presentación del informe trimestral de inflación para el periodo abril-junio. “Los esfuerzos de reconstrucción normalmente implican pues mucho gasto y mucha actividad”.