“Let’s make America great again” o devolvamos a América a su grandeza, continúa manifestando Trump constantemente y para sorpresa de muchos aún tiene una gran base de estadounidenses que creen en estas palabras, aunque la mayoría de los habitantes del planeta nos encontramos preocupados por el nuevo rumbo que parece tomar la nación líder en el mundo.
Empecemos por cambiar la frase por Devolvamos a Estados Unidos a su grandeza. Todos en este hemisferio sabemos con certeza que América no es un país sino un continente, y para el cual, Trump no es el presidente. De hecho, en castellano no se puede utilizar América como sinónimo de Estados Unidos. Estoy seguro que no soy el único que está cansado de que los estadounidenses le llamen así a su país, y el colmo es que la baja educación de una gran parte de la población de nuestro vecino del norte probablemente ni siquiera está enterado de que América no los representa a ellos solamente.
Pero dejando el debate del nombre a un lado, para mi Estados Unidos ya era grande por muchas razones (aunque por supuesto con todos los problemas que conllevan a un país de ese tamaño). En primer lugar, los consideraba una democracia ejemplar, un país en donde el voto era libre y accesible a todos, aunque esto es relativamente reciente en su historia, por ejemplo, el voto de los afro-americanos solo se permitió en el sur a partir de 1965 a pesar de que la 15ava enmienda a su constitución lo ratifica desde 1870. El derecho de las mujeres a votar fue ratificado por la 19ava enmienda apenas en 1920, por cierto.
Después de las elecciones del 2000 en donde Al Gore obtiene más votos que George Bush y nuevamente en el 2016, cuando Hillary Clinton vence a Trump en el voto popular, el sistema parece que no funciona tan bien como fue pensado. A pesar de que ambos candidatos demócratas reciben más votos en ambas elecciones (Gore el 48.38% vs el 47.87% de Bush en 2000 y Clinton el 48.2% vs el 46.1% de Trump en 2016, en este último una diferencia de casi 3 millones de votos), debido al sistema de voto electoral, ambos candidatos republicanos fueron declarados victoriosos. Esto me hace repensar que no es tan democrático como pareciese, a pesar de que la mayoría de votantes elige un candidato, es el otro el que termina como cabeza de estado.
Pero bueno, esto nada tuvo que ver con Trump por mas obsoleto e injusto que parezca. Sin embargo, hay muchos otros temas afectados a consecuencia de su gobierno, en los que anteriormente Estados Unidos logro representar un ejemplo a seguir para otras naciones y que ahora ya no los son tanto. Empecemos por el famoso sueño americano, esta meritocracia que premiaba a quien más estudia, trabaja y aporta a lograr aspirar a una vida cómoda y deseable en una sociedad donde el éxito está al alcance de todos y que históricamente ha abierto sus puertas a cualquier inmigrante dispuesto a seguir sus reglas e integrarse a su comunidad. Esto es algo que Trump ahora busca cambiar, a pesar de que EU se ha auto declarado eternamente como un país de inmigrantes hoy es un país mucho más xenofóbico y cerrado a la inmigración. Esto es especialmente notable al cerrar las puertas a refugiados que anteriormente acogía orgullosamente este país.
Otro aspecto que hacía que Estados Unidos sea realmente espectacular era el enfoque que tenían a la innovación y al emprendimiento. Nuevamente aquí la inmigración juega un papel importante, por ejemplo, el 51% de las empresas consideradas “unicornios”, es decir, que tienen un valor mayor a 1 billón de dólares, fueron creadas por inmigrantes. Sin embargo, el enfoque de esta nueva administración es hacia regresar la manufactura a su territorio, a generar trabajos de bajo valor agregado y esto les puede costar muy caro al perder el liderazgo como nación generadora de competitividad en el futuro cercano.
Los derechos humanos también parecen seriamente afectados en este nuevo régimen. Por ejemplo, el acceso a un seguro médico accesible y generalizado vía el Affordable Care Act (ACA), apodado el Obamacare, buscaba democratizar la salud en Estados Unidos, y si bien tenía ciertas deficiencias, en vez de buscar corregirlas, el gobierno actual busca erradicarlo, con lo que mucha de su población quedaría desprotegida. Pero este no es el único asunto que afecta la igualdad aparente de los yanquis. Los derechos de las mujeres se han visto seriamente afectados al ignorar las graves conductas del mismo Trump o de partidarios republicanos como Bill O’Reilly recientemente acusados de abusos sexuales físicos y morales contra el género femenino. Además, el carácter conservador extremo de muchas de las elecciones de Trump para puestos claves en el poder ejecutivo y judicial, aunado a un congreso y senado mayormente republicano, ponen en riesgo grave a las minorías y a derechos básicos como el aborto, la preservación de la vida humana y la abolición de la discriminación por raza, etnia, religión o nacionalidad.
Por último, y quizá lo más grave de todo, es el ataque directo a la prensa y a la libertad de expresión que se observa desde que Trump tomó las riendas del gobierno. Este derecho está garantizado nada menos que por la 1ra enmienda a la constitución de los Estados Unidos y es fundamental para mantener un público informado y con ello un balance adecuado entre aquellos en el poder y sus gobernados. Si bien esto es algo que no existe o es bastante mediocre en probablemente la mayoría de las demás naciones, esto era un gran diferenciador para EU y lo calificaba como un país ejemplar en donde todos tienen una voz y una opinión que pueden expresar libremente sin ningún tipo de consecuencia. Si este derecho sigue sin respetarse podría este país convertirse en una dictadura disfrazada de democracia, que con su poderío comercial y militar podría afectar profunda y negativamente al resto del mundo.
Con todo ello, Estados Unidos hoy parece tomar un camino opuesto al que lo ha hecho grande y admirable desde su fundación. Si la tendencia a favorecer a una sociedad xenofóbica, misógina, elitista, sumisa y cerrada continua, esta espectacular y admirada nación dejara de serlo. Sr. Trump, van en sentido contrario, no está logrando el principal objetivo de su campaña, sino lo opuesto, está llevando a su país hacia la mediocridad y el autoritarismo. Espero por el bien del planeta que esto no se lo permitan.