No es exclusiva de México, pero la corrupción nacional cuesta, y mucho.
Se calcula que este mal cuesta al país unos 347,000 millones de pesos (mdp) anuales, según las últimas cifras de la organización Transparencia Internacional.
“Solemos hablar de la corrupción como un fenómeno privativo del sector público, pero lo cierto es que contribuyen tanto el sector empresarial, la sociedad en su conjunto y desde luego el sector público”, comenta en entrevista con Forbes México la presidenta ejecutiva de la asociación civil, Mexicanos contra la corrupción, María Amparo Casar.
Para el profesor de la escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey e investigador de México Evalúa, Marco Fernández, si hubiera un semáforo de corrupción, México recibiría el color rojo.
El catedrático detalló que debe haber mucho cuidado con las mediciones, pues, las metodologías de los índices de percepción de corrupción cambian cada año.
Organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) y Transparencia Internacional sitúan el costo de la corrupción hasta 10% del Producto Interno Bruto (PIB) —cinco veces más que el promedio internacional— pero existen mediciones más modestas.
Entonces, ¿Qué se podría pagar con la corrupción?
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la corrupción mexicana equivale a 2% del PIB. Esta proporción equivale a la mitad del presupuesto del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
“Con ese dinero podríamos duplicar el gasto del IMSS y atender al doble de gente, o al mismo número, pero con mejores equipos, medicinas, instalaciones y doctores”, detalla Casar.
También alcanza para gastar cuatro veces los subsidios sociales de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), es decir cuatro veces el número de personas en los programas de la dependencia.
En materia de educación, el desembolso en corrupción alcanza para multiplicar por 10 el número de alumnos en la Universidad Nacional Autónoma de México.
La institución que rige Enrique Graue concentró a 349,539 alumnos durante el ciclo escolar 2016-2017: 30,300 en posgrado, 205,000 en licenciatura, 112 en bachillerato y 904 en propedéutico en la Facultad de Música.
“Habría 10 veces más alumnos en la UNAM si no tuviéramos estas fugas de dinero y desvío de recursos públicos”, añade la representante del organismo sin fines de lucro.
¿Y cuánto le le cuesta al mexicano común? casi todos los fenómenos en México, pagan más quienes menos tienen. Un botón de muestra: las personas con salarios promedio dedican 14% de su ingreso anual a actos de corrupción que no está sujeto.
Pero las familias que reciben un salario mínimo se dispara hasta 33% del ingreso anual.
“Se trata de un impuesto regresivo, una renta que te extraen para poder moverte con mayor facilidad en el mundo real de la vida cotidiana”.
¿Dónde empieza la corrupción?
Para Casar, la corrupción existe sin que intervenga el gobierno, pero, regularmente, empieza con las candidaturas de puestos de elección popular o nombramientos públicos.
“¿Cuantas veces un candidato junta dinero de parte de empresarios a los que promete obra pública o gasto gubernamental, como compra de medicinas, drenaje, carretera? Cuando llega el funcionario al cargo tiene que pagar los favores en especie o dinero que recibió.
Fernández precisa que los mexicanos de a pie concentran los actos de corrupción en asuntos de tránsito.
¿Qué puedo hacer para revertir este problema?
Aunque sea fácil decirlo, lo primordial es entrar en una huelga de actos corruptos. “Te puede afectar gravemente, pero en el mediano y largo afecta a todos”.
Mexicanos contra la corrupción comparte tres consejos para comenzar a frenar esta problemática. Te los compartimos a continuación:
- Empezar en casa. Si te paran por estacionarte en doble fila, en lugar de ofrecer una mordida, es mejor que pagues la multa. Sabemos que a veces necesitas un acta de nacimiento para tu hijo con urgencia, pero al entregar dinero por un servicio público, también eres víctima de la ineficacia misma del Estado.
- Fomentar la cultura de denuncia. Todos sabemos lo que es ir a un ministerio a denunciar un acto de corrupción, maltratos, una gran inversión de tiempo y un mal resultado: 97% de los actos denunciados nunca es resuelto. La tasa de impunidad es tan grande que desalienta. No solo no hay canales fáciles, sino que está acaba en nada.
- Seguir exhibiendo y crear conciencia en los costos y combatir a las redes de corrupción, porque son cuestiones de ética pública e individual que terminan en actos reprobables. “Nos conviene, a la larga. Todos estaremos mejor, pagaremos menos caros los servicios que consumimos y aquellos que nos proporciona el gobierno, y empresas serán más productivos, y habrá mas dinero para gastar en cosas”.