“No hay un fenómeno más universal y que realmente alerte y obligue a la cooperación internacional como es el fenómeno de la migración. Desde hace más de 3 millones de años, migrar resultaba un escenario adaptativo para lo que era la inteligencia, movilidad y biología. A partir de ahí no hemos dejado de emigrar”, dijo Nuria Sanz representante en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) durante la presentación de la publicación Migración y Cultura.
México es uno de los países de más larga historia migrante como lugar de destino, origen y tránsito. Pero “este fenómeno no siempre tiene que ir compaginado con las tristes historias que se ven en los medios de comunicación día a día y que también se ven anunciados en las guerras y que se convierten en un hecho desesperado para la sociedad contemporánea. Aquí lo hemos querido ver como un fenómeno antropológico, sociológico y heterogéneo; como una respuesta legitima a esos intereses que nos hicieron migrantes”, aseguró Sanz.
La oficina de la Unesco en México y el Colegio de la Frontera Norte (Colef) se dieron a la tarea de reflexionar sobre este binomio como fenómenos indisociablemente unidos y que hoy especialmente cobran relevancia de acuerdo a su complejidad y dinámica, obligando a proponer otras formas de análisis y metodologías de las ciencias sociales.
Mediante una veintena de autores vinculados a migración y cultura, el volumen da inicio a una serie de publicaciones que amplían el debate y definen recomendaciones para elaborar políticas públicas nacionales y subnacionales, además de orientar la investigación académica aplicada integrando al debate el campo de la producción artística y se implemente en los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2030 de las Naciones Unidas.
“La migración no es de los pobres ni de los ricos, es de todos, es un fenómeno mundial de factores positivos y valores negativos para todos los habitantes del mundo. Se debe estudiar a esta escala y con mayor precisión”, reflexionó Sanz. Este compendio es el testimonio de las jornadas sobre Fronteras, Culturas y Migraciones que se celebraron en Tijuana, convocadas por la Unesco y con la participación del Colef, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Secretaría de Relaciones Exteriores. Recoge aportaciones multidisciplinarias con un enfoque de la actividad migratoria y la cultura en su más amplio sentido. Se abordan cinco temas generales: cultura y migración, desarrollo, diversidad, identidades y fronteras; diversidad cultural, arte y migración; periodismo y migración.
Nuevas rutas de análisis
José Manuel Valenzuela, del Colef, explica que la migración fue vista básicamente como una válvula de escape a lo largo de toda la historia del siglo XX, excepto el periodo cardenista donde se apostó por poblar la frontera como defensa de nuestro país. “Hoy la ruta debe ser diferente”, asegura.
Sobre cómo trazar estas nuevas formas, hizo hincapié en tres aspectos:
• Las remesas, como un aspecto central desde la perspectiva económica, “hoy con más de 26,000 millones de dólares al año, es una de las principales fuentes de divisas al país y que por mucho tiempo ha llevado una interpretación equivocada, pues lo vemos como dinero que cruza fronteras y entra a las cuentas, pero es mucho más que eso, son entramados de lazos socio afectivos y que coopera para los trabajos de las distintas comunidades”.
• Los muros (de metal, agua, piedra, e incluso los invisibles), “son emblemas de guerra que tienen que ver con una perspectiva equivocada sobre el tema migratorio y que se convierten en escenarios de muerte y racismo”.
• La conectividad, “en el pasado la ausencia era prolongada pues la forma de hacer vínculos se limitaban a una carta o un mensaje de algún conocido, hoy la comunicación es cotidiana, simultánea y en tiempo real de lo que sucede en sus lugares de origen. Esto plantea otras opciones de participación que apoyan de manera más activa a las comunidades mexicanas”.