Portugal es un destino único, vibrante. Desde las caprichosas colinas de sus viñedos, hasta la gran riqueza histórica de sus ciudades y la belleza natural de sus costas, es un país lleno de maravillas. Una de ellas es Cascais, uno de los municipios más ricos de Portugal, rico en historia y salpicado de pequeñas playas, kilómetros de arena, e impresionantes vistas panorámicas en la costa de Lisboa. Aquí está situado un hotel como ningún otro, The Oitavos.
De propiedad y gestión familiar, es la mezcla perfecta de diseño innovador con un toque de herencia y elegancia clásica. La definición de lujo, que ofrece el hotel es una combinación entre lo moderno de Portugal y la fidelidad a su historia y a su patrimonio.
The Oitavos se encuentra en la franja del Parque Nacional de Sintra, cerca de la famosa playa de Guincho. Este palacio aparentemente de cristal de enorme tamaño fue creado por el arquitecto José Amaral, él logro crear una maravilla arquitectónica en un entorno inusual.
El hotel es un mundo en sí mismo, las suites son tan amplias que son por lo menos de 120 metros cuadrados, ofrecen unas vistas espectaculares del Atlántico y del impresionante campo de golf.
El club de golf de clase mundial ofrece una verdadera experiencia de deporte, el impresionante spa próximo al mar es un espacio mágico de paz y tranquilidad. The Oitavos también cuenta con un club gigantesco de raqueta, seis restaurantes y bares, un centro ecuestre y, por supuesto un restaurante gourmet.
Otra de las maravillas del hotel es que está situado cerca de algunos de los lugares históricos de Cascais, como el Castelo dos Mouros, este castillo medieval que fue construido durante la Reconquista en el siglo XII.
El hotel busca integrarse con la naturaleza, en vez de competir con ella, The Oitavos propone un diseño audaz, de líneas estilizadas e interiores sencillos y elegantes, que dirigen la atención hacia el exterior, destacando la belleza natural del paisaje circundante y la inmensidad del Océano.
Cascais es un lugar sorprendente y acogedor, glamouroso, sereno y de entorno natural. La comida, la gente amable y las riquezas históricas lo convierten en un destino simplemente maravilloso.