Alejándose cada vez más de los estereotipos negativos, el arte urbano se apodera de las calles de Tijuana en un intento por embellecer la ciudad y, sobre todo, visibilizar las cuestiones sociales que predominan en esta urbe mexicana fronteriza con Estados Unidos.
Es difícil dar un paseo por esta ciudad del estado de Baja California sin toparse con uno de los muchos murales y obras de grafiti que la adornan, y que ya se han convertido en una opción recurrente para varios espacios y edificios públicos.
Esto hace que se genere una “interacción con la gente”; el arte urbano ya no tiene solo la función de “apropiarte de un lugar o ser parte de un club”, sino que “existe un propósito de hacer un diálogo”, afirma a Efe la muralista Ariana Escudero.
Ariana habla frente a una de las paredes del Hospital General de Tijuana, donde un gran mural muestra a una mujer recostada que mira cariñosamente al niño al que está amamantando.
Al pie de este trabajo, que realizó en 2015 como iniciativa de una asociación de madres que promueven la lactancia, se lee el dato de que “la OMS recomienda lactancia materna exclusiva seis meses y el mantenimiento hasta los dos años”.
En este caso, el objetivo -comenta- es “empoderar a las mujeres que desean llevar a cabo una lactancia exitosa”, así como romper el mito de que esta debería llevarse únicamente durante unos meses y contestar a aquellos que ven mal a una mujer amamantar en público.
La artista, que lleva una década de trayectoria, generalmente se centra en los temas sociales, porque más allá de hacer una “composición artística bonita” busca que la obra “interactúe con el entorno” y que los ciudadanos se involucren en el proceso creativo.
Su próximo mural, que planea hacer inspirándose en la obra “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, de Diego Rivera, estará centrado en hacer una panorámica sobre la frontera, dado que Tijuana es la vía por la que miles de personas intentan acceder a EE.UU. y tiene una fuerte mezcla cultural entre sus habitantes.
También basándose en el tema de la migración, varios artistas trabajaron en conjunto en la parte posterior de un edificio histórico en la ciudad, el céntrico Palacio Jai Alai, que ahora es un centro de espectáculos.
El colorido mural “Transeúnte universal” fue un proyecto que, a finales del año pasado, encabezó un grupo de artistas tanto nacionales como internacionales -entre ellos de Ecuador, Perú y el estado mexicano de Sinaloa-, lanzando un mensaje de “unión y fusión”, resalta en entrevista con Efe uno de los creadores, el grafitero conocido como Kafy Hem.
El artista lamenta que el grafiti nunca haya sido “algo positivo” en Tijuana ni se haya visto como una expresión artística, porque sobre todo anteriormente estaba asociado con el vandalismo.
“En otra parte del mundo dices ‘grafiti’ y lo admiran, hasta compran piezas de grafiteros porque lo hacen como una obra de arte”, señala.
Sin embargo, “poco a poquito vamos cambiando la perspectiva con proyectos como estos, o proyectos con los jóvenes”, asegura.
Y es que las nuevas generaciones de grafiteros, argumenta, ya están en “otra etapa”; ahora comienzan generalmente haciendo “bombas” -textos que se pueden rellenar con colores- y después saltan al siguiente nivel, pintar murales.
Asimismo, los murales, cuando se hacen en conjunto como ocurrió en el caso del “Transeúnte”, sirven para que los artistas aprendan unos de otros.
Kafy Hem relata cómo a él nunca se le habría ocurrido pintar con “pincelitos”, pero la experiencia cambió su mentalidad: “Los miré pintar con ese tipo de técnica (…), me quedé sorprendido y ahora ya pinto más con acrílico”, concluye