En un mundo convulsionado por la irresponsabilidad de líderes políticos y religiosos, en donde la falta de seriedad, el respeto y pérdida de la dignidad personal y hacia los demás; en donde permea la violación de los derechos humanos, la corrupción y dilapidación de la libertad; dando lugar a las humillaciones y la degradación que hoy enfrentan todas las sociedades del mundo.
Condición deplorable, de la que mucho se ha escrito, pero que a muy pocos parece interesar; de ahí la desvergüenza de políticos y religiosos, que con fallidas “soluciones” se cuelgan de esta problemática para crear falsas esperanzas en este entorno; abanderando y proponiendo soluciones a causas perdidas y por ellos mismos generadas.
En este sentido, cuando se habla de la “DIGNIDAD NACIONAL” expuesta con nacionalismo, patriotismo y como un derecho incólume de nuestro pueblo; no es suficiente lo alto y ancho de la boca de políticos que la proclaman y reclaman, excelentes fariseos o maestros de mala catadura de nuestro tiempo; quienes sin remordimientos, se presentan como la prostituta, que después de su práctica, se presentan limpiando sus labios y como si nada hubiese pasado, sigue practicando el oficio milenario en su degradación. Pero estos políticos y líderes religiosos, después de sus felonías las emulan, presentándose en medio de sus corruptelas, como si nada hubiese pasado.
Flagelo universal que alcanza a nuestros compatriotas en México y los EEUU; en donde los hispanos necesitan la voz de líderes políticos y religiosos, que en verdad tengan y conozcan la DIGNIDAD. No de representantes con largas colas que avergüenzan, y por cuya razón nos afrentan, antes que causar respeto; el ejemplo más cercano está en políticos y gobernantes, entre otros miles de funcionarios corruptos y saqueadores, que en un número reducido están siendo juzgados y muchos de ellos escondidos para no ser aprendidos mientras que otros amparados en el fuero y función de su poder, aparecen día con día limpiándose la boca, para ocultar su verdadero rostro en el arte de su corrupta profesión.
En una palabra, quienes han perdido la dignidad personal, por corrupción, desvíos del erario público, abusos de poder y sociedad con negocios ilícitos; no tiene ningún derecho de gozar del usufructo de la administración pública, ni derechos políticos o pretensiones de gobernar; sin embargo su desfachatez no tiene límites y algunos lo proclaman, “han robado pero poquito” mientras que otros legaloidemente, cimentaron sus patrimonios mal habidos en sus más cercanos familiares y prestanombres que hoy son exhibidos. Hablamos de políticos que tuvieron su oportunidad delinquiendo. Lamentablemente hoy se proponen como candidatos para las próximas elecciones y otros cargos de elección popular. Dice el dicho, tal para cual, en un país que se proclama altamente religioso. Pero que por sus frutos, todo indica están dejados de la mano de Dios.
EN EL TEMA DEL ALCOHOLISMO Y DOCTRINAS DE LA FE
“ENTRE LA PROBLEMÁTICA DE LOS INDOCUMENTADOS”
“Tal el sacerdote o pastores, tales también las ovejas”
Las condiciones de la religión y la fe, caminan de la mano con los políticos; solo que esta vez son las fallidas doctrinas y los procedimientos de una curia que está envuelta en la misma corrupción, demandas económicas y mayores canonjías; en lo sexual, en medio de homosexualidades, lesbianismos, pedofilias y luchas por el poder terrenal, entre otras desviaciones de la verdadera vocación ministerial. En el caso de los inmigrantes y la desgracia de nuestros compatriotas indocumentados, se muestra la misma desfachatez, cual “maestros con sotana” hombres de doble rostro y apariencia de piedad que exigen también se respete la DIGNIDAD de nuestra gente.
Una muy buena causa que están abanderando algunos sacerdotes e Iglesia que se colgó de la causa de los hermanos en desgracia.
Hablamos de una curia que ha sabido colocarse como redentores de la desgracia de su feligresía; pero que jamás tuvieron el valor de hablarles con la verdad de la doctrina cristiana en México, Estados, Municipios y rancherías ; en relación al problema que hoy enfrentan por las felonías del alcohol, por el que perdieron el derecho de su regularización legal; un fenómeno que hoy se extiende por todo el territorio americano, en donde son cazados y deportados por felonías en las que pusieron en riesgo la vida de miles de familias, por no tener el conocimiento y la doctrina que frenara sus impulsos por el alcohol, al grado de que miles de ellos hoy están recluidos en las prisiones, sin la mínima oportunidad de la legalización.
Cuando mencioné que “tal el pastor, tales también las ovejas”, lo encuadro dentro de las fallidas doctrina y mala evangelización de una institución que prefirió encubrir la verdad, para mantener a sus adeptos; dicho en otras palabras, una Iglesia que calló la verdad sobre lo dicho en las sagradas escrituras, que dice: “Ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1ª. Cor. 6:10-11) En este sentido, que cara tiene una institución que reclama dignidad para su gente, cuando ellos mismos y por miles, están enclaustrados en centros de recuperación por sus adicciones alcohólicas; de igual manera en las fiestas patronales, se ponían ebrios, haciéndole ver a sus seguidores, que todo está bien.
Es lamentable la postura de redentores inmorales que aun por cientos se dieron cita puntual para visitar las colonias de inmigrantes latinos, sacerdotes que reunían a sus feligreses para demandar los apoyos económicos por rituales y oficios religiosos, que engordaban sus carteras, sin compartirles una verdadera dirección en su comportamiento y buenos hábitos en un país que demanda disciplina; cómo es posible, que siendo ellos los educadores y rectore de buena moral; como es el supuesto “Vicario de Cristo” y sus ministros como representantes de Dios. Quienes fueron rebasados por un hombre que se siente como un Dios y rector de buena moral, sin tenerla; pero que supo aplicar la ley, para frenar lo que ni políticos y religiosos pudieron evitar, porque no fueron capaces con su experiencia milenaria, de sosegar esas adicciones, que hoy tienen en la calle a miles de sus seguidores.
Y podríamos hablar de otras malogradas políticas y dogmatismos; pero será en otra ocasión.
Estimado lector, tienes la última palabra, solo puedo concluir diciendo, tal para cual, en este río revuelto de la política y la fe.
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