Aclamado por el cine y la crítica por películas como “Gravity” o “Y tu mamá también”, el cineasta mexicano Alfonso Cuarón dejó claro hoy que no se considera más que “un obrero” del cine, que durante muchos años ha estado ligado a esa industria más por necesidad que por vocación.
La clase magistral que ofreció en el Festival de Cannes, un honor compartido en esta 70 edición solo con el estadounidense Clint Eastwood, repasó una carrera en la que, dijo, hacer películas fue en ocasiones una escapatoria para superar baches económicos sucesivos.
“Eso es algo que me ha lastrado”, dijo ante una audiencia que aplaudió desde su primer salto a Hollywood con “A Little Princess” (1995) hasta títulos que prefirió olvidar, como la adaptación de la novela de Dickens “Great Expectations” (1998).
“Nunca recomendaría a nadie mi trayectoria como modelo. Está llena de inseguridades”, admitió un director que solo por “Gravity” (2013), protagonizada por Sandra Bullock y George Clooney, atesora siete Óscar, seis Bafta y un Globo de Oro.
Distendido, Cuarón hizo más hincapié en sus tropiezos que en sus logros, y admitió que prefiere no volver a ver sus películas: “Para algunos como Alejandro (González Iñárritu) son como sus hijos. Para mí, más bien como una exmujer. Las quiero mucho, les di todo lo que pude, ellas también, pero hemos pasado página y nos queremos a distancia”.
Su “ópera prima”, “Solo con tu pareja”, que aborda con un humor ácido el tema del sida, abrió sus posibilidades en EEUU después de que el director y productor estadounidense Sydney Pollack lo descubriera.
Cuarón consideró que ya había “quemado sus barcos” en México, y dio el salto al que define como un lugar “muy raro”, una “fábrica de juguetes” en la que “puedes vivir sin rodar ni una sola película, desarrollando proyectos que luego no se realizan”.
El rodaje de capítulos de la serie de televisión “Fallen Angels” precedió a “A Little Princess” que, para su sorpresa y la oposición de muchos, cayó en sus manos porque “para el estudio era una película pequeña y no les importaba”.
Tras sentirse vendido con proyectos como “Great Expectations”, -“me dejé seducir por las personas equivocadas, me estaba quedando sin dinero y necesitaba un trabajo”- Cuarón señaló hoy que volvió a rodar a México para recuperar su esencia y volver a enamorarse del cine.
Para entonces, afirma, ya formaban parte de su vida dos personas que han marcado su carrera, los también cineastas Iñárritu y Guillermo del Toro, que hoy le acompañó en la platea con complicidad evidente y refuerzos puntuales a su relato.
Cuarón, que de pequeño se colaba en los históricos estudios Churubusco, y que vio en el cine la manera de mantenerse tras haber tenido a los 20 años a Jonás, el primero de sus tres hijos, dice estar sorprendido de algunos de los proyectos que han llegado a su puerta.
Entre ellos, “Harry Potter and the Prisoner of Azkaban” (2004), que le valió las bromas constantes de Diego Luna y Gael García Bernal, protagonistas de “Y tu mamá también”, hasta que Del Toro le obligó a leer los libros de esa exitosa saga para que aceptara dirigirlo.
“Me gusta mucho trabajar con niños”, admitió el cineasta, que lidió en esa cinta con unos jovencísimos Emma Watson, Daniel Radcliffe y Rupert Grint.
Cuarón, cuya carrera incluye “Children of Men” (2006), dice disfrutar cuando llena sus filmes de “limitaciones”, como apostar por un solo punto de vista, “porque elimina buenas posibilidades, pero crea un lenguaje interior consistente”.
Aunque el festival le honró hoy con esa “masterclass”, su paso por el certamen se limita a “Paris je t’aime”, filme colectivo que abrió la sección oficial Una Cierta Mirada en 2006, y a su participación como jurado dos años después.
Y con su presencia, reforzó una delegación mexicana encabezada este año también por Iñárritu, que presenta una instalación de realidad virtual; Michel Franco, que ha llevado a Una Cierta Mirada “Las hijas de Abril”, o Del Toro, que ayer pronunció un discurso en la celebración del 70 aniversario del certamen.
“No estoy seguro de si a Cannes le gustan de verdad los filmes mexicanos, lo que sí le gusta es cómo nos divertimos”, bromeó sobre los mariachis con los que anoche sorprendieron al resto de invitados en la cena de gala. EFE