La promesa del presidente Donald Trump de crear 25 millones de empleos en una década ya enfrenta obstáculos que van desde un mercado laboral escaso hasta una población en proceso de envejecimiento. Su política de inmigración recrudece más esos obstáculos.
En su discurso ante el Congreso, Trump sugirió la creación de un sistema de inmigración “basado en el mérito”, señalando a Australia y Canadá, que asignan puntos a los aspirantes basándose en su educación, su historia laboral y sus habilidades lingüísticas.
Por otra parte, su administración ya ha ampliado las deportaciones a grupos más amplios de personas. En conjunto, ambas políticas pueden frenar el crecimiento de la fuerza laboral y dejar huecos sensibles en industrias como la agricultura, la construcción y la hospitalaria, que emplean una proporción significativa de ocho millones de trabajadores indocumentados.
Limitar el aumento de la población en edad de trabajar disminuiría el ritmo potencial de creación de empleo. Debido al gran número de jubilaciones de los nacidos a finales de la Segunda Guerra Mundial, los inmigrantes han representado más de la mitad de ese crecimiento de la fuerza laboral en los últimos 20 años, de acuerdo con un economista de la Reserva Federal. Pew Research Center dijo que la inmigración determinará si la población en edad de trabajar de Estados Unidos sigue creciendo en los próximos 20 años, aunque sea a un ritmo limitado –o comienza a disminuir.
En el corto plazo, la perspectiva de un menor número de inmigrantes se suma a otras fuerzas que significan que probablemente no se mantengan las ganancias del empleo por arriba del promedio a comienzos de 2017. Los empleadores estadounidenses añadieron 200 mil puestos en febrero, luego de añadir 227 mil en enero, de acuerdo con la mediana de las estimaciones en una encuesta de Bloomberg antes de publicarse el informe del Departamento del Trabajo. Para todo el año, los economistas proyectan un aumento mensual promedio de 171 mil empleos, mientras que la meta de Trump es de 2.5 millones de puestos anuales, o cerca de 208 mil por mes.
“El aumento de los salarios nos dice que el mercado de trabajo está cada vez más reducido, hay informes de escasez de trabajadores, hay preocupación sobre el suministro de inmigrantes en el futuro –todos estos factores van dificultar más el mantener el crecimiento del empleo de más de 200 mil al mes”, dijo Gus Faucher, economista en jefe adjunto de PNC Financial Services Group en Pittsburgh.
Aumento de las estimaciones
Faucher y otros economistas aumentaron sus estimaciones de las ganancias de la nómina no agrícola de febrero después que el Instituto de Investigación ADP dijera el mes pasado que los empleadores privados agregaron 298 mil puestos de trabajo el mes antepasado, la mayor cantidad en casi tres años.
Los trabajadores nacidos en el extranjero, legales o indocumentados, ascendieron a 26.3 millones en 2015, o 17% de la mano de obra estadounidense, de acuerdo con datos de Bureau of Labor Statistics (Oficina de Estadísticas Laborales). Aunque muchos inmigrantes legales están en los campos de la ciencia, la tecnología y la ingeniería, los trabajadores no autorizados representan una alta proporción de los trabajadores en las industrias de servicios, construcción y producción, dijo Pew.
Sin la llegada de nuevos inmigrantes, la población en edad laboral de Estados Unidos se reduciría de 173.2 millones en 2015 a 165.6 millones en 2035, en lugar de aumentar a 183.2 millones, señaló Pew en un informe reciente. Las proyecciones se basan en las tasas actuales de inmigración legal y no autorizada.
“Para mantener a la economía creciendo a las tasas a las que estamos acostumbrados, vamos a necesitar a los inmigrantes”, dijo Pia Orrenius, economista de la Fed de Dallas, en una conferencia de economía realizada en Washington. “Los inmigrantes no sólo pueden complementar a los nacionales en términos de crecimiento del empleo, sino que también pueden compensar la disminución de la fuerza laboral cuando los nacionales dejan de trabajar o cuando se retiran. Entre menos inmigración haya, más lento crecerermos”.
Los cambios agresivos en las políticas podrían reducir el crecimiento esperado de la mano de obra en más de 600 mil personas, dijo Michael Feroli, economista en jefe de JPMorgan Chase en Nueva York. La eliminación de todos los inmigrantes no autorizados en Estados Unidos reduciría el nivel del producto interno bruto en por lo menos 1.5%, estima Feroli.
Al mismo tiempo, la reducción de la inmigración reduciría tanto la oferta como la demanda en la economía, haciendo menos evidente el efecto neto en la tasa de desempleo o los salarios, sobre todo si eso se hace gradualmente, agregó