Los movimientos de defensa de los derechos de los migrantes en Estados Unidos podrían radicalizarse ante “la cerrazón” del Gobierno de Donald Trump, advirtió hoy el documentalista mexicano Ángel Estrada.
“Existe la posibilidad de repetir esa historia, que los movimientos se radicalicen y lleguen a enfrentamientos en este clima de violencia que hay en Estados Unidos”, verbal e institucional, “no solo hacia los migrantes mexicanos, sino de otros países”, dijo en una entrevista con Efe.
Estrada es director del documental “Me llamaban King Tiger”, que compite en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), que concluye este viernes en la capital del occidental estado de Jalisco.
El documental retrata la historia de Reies López Tijerina, líder de un movimiento que defendió los derechos civiles de los mexicanos radicados en Nuevo México (EE.UU.) y que habían sido despojados de al menos dos hectáreas de sus tierras en la década de 1960.
El Gobierno estadounidense está regresando “a las mismas prácticas y las mismas políticas de aquel momento”, en el que había “marginación, discriminación, xenofobia y el no reconocimiento de los derechos”, afirmó Estrada.
Los mexicanos eran considerados “ciudadanos de segunda o tercera”, recordó el director, quien agregó que “la lucha por el despojo de sus tierras se alimentaba con todas esas otras injusticias”.
“Ellos no eran migrantes, ellos vivían ahí, no cruzaron la frontera, la frontera los cruzó a ellos. Mucha de estas señales son las que estamos viendo con el Gobierno de Trump y el gran problema es no aprender de la historia y que pueden surgir otros movimientos radicales”, alertó.
López Tijerina, conocido como King Tiger, logró tal popularidad que Martin Luther King mostró su apoyo al movimiento y lo invitó como orador a algunos mítines.
Su historia es la de un “revolucionario” cuyas creencias religiosas lo llevaron a luchar para que los mexicanos fueran tratados como ciudadanos de primera y que pudieran preservar el uso del español, explicó Estrada.
El filme muestra imágenes de los discursos en los que el activista repite una y otra vez su convicción de “pelear por la tierra, por la supervivencia y la preservación de su cultura”.
En el marco de esa lucha y tras la detención de ocho de sus compañeros, “King Tiger” decidió invadir el Palacio de Justicia en Tierra Amarilla, Nuevo México, con la intención de secuestrar al fiscal de distrito.
Fue buscado por el FBI y el Ejército estadounidense, por lo que decidió entregarse de manera voluntaria. Permaneció en la cárcel unos años y luego en un hospital psiquiátrico, como una medida para desestabilizarlo, señaló el documentalista.
Desde entonces, indicó, “fue borrado de la memoria histórica”, por iniciativa del Gobierno de ese país, pues incluso son pocos quienes lo reconocen como uno de los fundadores del movimiento chicano.
“Después se crearon muchas leyendas en torno a él, desde que había escapado a Cuba o que se había refugiado en México”, agregó.
El filme es exhibido por primera vez en el FICG, para luego participar en distintos festivales de cine documental en el mundo. EFE