“Decenas de investigaciones realizadas por científicos organizacionales, psicólogos, sociólogos, economistas y demógrafos demuestran que los grupos socialmente diversos (es decir, aquellos con una diversidad de raza, etnia, género y orientación sexual) son más innovadores que los grupos homogéneos”. Así empieza un muy interesante artículo que se publicó el 1 de octubre de 2014 en la prestigiada revista estadounidense de divulgación científica Scientific American, que además es la revista de publicación continua más antigua de los Estados Unidos puesto que su primer número apareció el 28 de agosto de 1849.
El artículo, intitulado How Diversity Makes Us Smarter (Cómo la diversidad nos hace más inteligentes), fue escrito por Katherine W. Phillips, quien es maestra de Liderazgo y Ética en la la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia y psicóloga con doctorado en Comportamiento Organizacional. Phillips es, además, un ejemplo de lo que es una exitosa mujer afroestadounidense.
Entre lo más importante que me dejó este texto, transcribo lo siguiente (la traducción es mía):
“La clave para entender la influencia positiva de la diversidad es el concepto de diversidad informacional. Cuando las personas se reúnen para resolver problemas en grupos, aportan información, opiniones y perspectivas diferentes. Esto tiene sentido cuando hablamos de la diversidad de los antecedentes disciplinarios – piense de nuevo en el equipo interdisciplinario que construye un automóvil. La misma lógica se aplica a la diversidad social. Las personas que son diferentes entre sí en raza, género y otras dimensiones aportan información y experiencias únicas para soportar la tarea a la mano. Un ingeniero masculino y un ingeniero femenino podrían tener perspectivas tan diferentes entre sí como las que existirían entre un ingeniero y un físico, y eso es algo bueno.
“La investigación de organizaciones grandes e innovadoras ha demostrado repetidamente que este es el caso. Por ejemplo, los profesores de negocios Cristian Deszö de la Universidad de Maryland y David Ross de la Universidad de Columbia estudiaron el efecto de la diversidad de género en las firmas más importantes de la lista de Standard & Poor’s Composite 1500, un grupo diseñado para reflejar el mercado accionario de Estados Unidos. En primer lugar, examinaron el tamaño y la composición de género de los equipos directivos de las empresas desde 1992 a 2006. Luego examinaron el rendimiento financiero de las empresas. En sus palabras, encontraron que, en promedio, ‘la representación femenina en la alta dirección lleva a un incremento de 42 millones de dólares en valor de la empresa’. También midieron la ‘intensidad de la innovación’ de las empresas a través de la proporción de gastos de investigación y desarrollo. Encontraron que las empresas que priorizaban la innovación obtuvieron mayores ganancias financieras cuando las mujeres formaban parte de la alta dirección.
“La diversidad racial puede ofrecer los mismos tipos de beneficios. En un estudio realizado en 2003, Orlando Richard, profesor de administración de la Universidad de Texas en Dallas y sus colegas encuestaron a ejecutivos en 177 bancos nacionales en los EEUU, y luego elaboraron una base de datos comparando el rendimiento financiero, la diversidad racial y el énfasis que los presidentes de los bancos le dan a la innovación. Para los bancos centrados en la innovación, los aumentos de la diversidad racial estaban claramente relacionados con un mayor rendimiento financiero.
“La evidencia de los beneficios de la diversidad pueden encontrarse fuera de EEUU. En agosto de 2012, un equipo de investigadores del Credit Suisse Research Institute publicó un informe en el que examinaron, entre 2005 y 2011, a 2,360 empresas a nivel mundial, buscando una relación entre la diversidad de género en los consejos de administración corporativos y el desempeño financiero. Los investigadores descubrieron que las compañías con una o más mujeres en el consejo ofrecieron mayores retornos promedio sobre el patrimonio neto, menor tasa de deuda neta respecto al capital y un mejor crecimiento promedio.
El artículo de Phillips debería ser leído por racistas, xenófobos, sexistas y ultranacionalistas como Donald Trump y sus principales asesores. Es más, deberían leerlo todos aquellos dirigentes gubernamentales y empresariales de todo el mundo que discriminan a personas a causa de su sexo, raza, origen nacional, religión o preferencia sexual.
El artículo puede leerse en www.scientificamerican.com/article/how-diversity-makes-us-smarter