Ciudades estadounidenses fronterizas temen que su vida cultural, social, laboral y comercial se vea afectada por la construcción del muro antiinmigrante propuesto por el presidente de EE.UU., Donald Trump.
Las ciudades fronterizas tienen una larga historia común. El Paso es impensable sin Ciudad Juárez; Matamoros, sin Brownsville; San Diego, sin Tijuana. Fotografías nocturnas de Juárez, en el estado de Chihuahua, y El Paso, en Texas, prácticamente muestran una ciudad única, dividida por una línea de luz, que es la frontera.
‘The Guardian’ incluso llamó a Juárez y El Paso, juntas, «la ciudad partida», la cual tendría una población común de 2,5 millones de personas. En un reportaje, el diario británico destaca que la vida en esta frontera es tan dinámica que los niños mexicanos se levantan en la mañana para cruzar la frontera rumbo a El Paso para estudiar, además de que familias enteras se encuentran de un lado y otro de los puntos de paso entre los dos países.
Otras ciudades como Douglas, por ejemplo, dependen completamente de las compras hechas por sus vecinos mexicanos:
«El 80% de la economía de mi ciudad proviene de los mexicanos de Agua Prieta (Sonora), que cruzan la frontera todos los días para gastar aquí su dinero. Trump ignora esta realidad binacional y eso es muy peligroso para nosotros, los fronterizos», dijo Robert Uribe, el alcalde de Douglas (Arizona), a la revista mexicana ‘Proceso’.
‘The Wall Street Journal’, en su versión en castellano, publicó un reportaje en el que muestra la preocupación de las ciudades fronterizas y los debates internos que existen en ellas ante las propuestas de Trump.
Algunos funcionarios de Texas dijeron al diario que concordaban con el reforzamiento de la seguridad fronteriza, pero que una muralla era «poco práctico e innecesario», debido a que ya existen barreras construidas con anterioridad, además del Río Grande.
Texas además está preocupado por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pues desde 1994, cuando el TLCAN entró en vigor, sus exportaciones a México crecieron 236%.
En julio del 2016, una encuesta realizada por la Universidad Estatal de Arizona en 14 ciudades fronterizas tanto de México como de EE.UU. reveló que 86% de las personas que viven del lado mexicano y 72% de las que viven del lado estadounidense se oponen al muro.
Carta a los legisladores
Alcaldes de varias ciudades fronterizas hicieron llegar una carta a cada uno de los miembros del Congreso de EE.UU. para que hagan frente a las acciones ejecutivas de Donald Trump.
«Tenemos mucho que perder como nación con el enfoque que el presidente está tomando» reza la carta, remitida por los alcaldes de El Paso, Brownsville (Texas), Tucson, Nogales (Arizona) y Las Cruces (Nuevo México), además de representantes, jueces de tres estados fronterizos y empresarios.
En la carta recomendaron «entablar negociaciones de buena fe con México» a raíz de posibles modificaciones del TLCAN. También destacaron que algunos funcionarios mexicanos discuten la posibilidad de abandonar el tratado.
Días antes, la Coalición Fronteriza de Texas, integrada por alcaldes, jueces y funcionarios de 20 comunidades estadounidenses, calificaron la medida de Trump como una «táctica anticuada» para detener la entrada ilegal de personas, armas y drogas. Además, recomendaron invertir en la frontera y cooperar con el Gobierno mexicano para atacar a los cárteles.
Igualmente, advirtieron que, de ser grabados productos mediante nuevos impuestos, México respondería con un «impuesto de frontera» o aranceles: «Esto afectaría gravemente la economía estadounidense».
«Nosotros les animamos a defender nuestras comunidades y nuestra economía frente a este divisorio y peligroso antagonismo hacia la frontera y hacia México», reiteraron los alcaldes a los congresistas de EE.UU.