Una herramienta para el manejo de riesgo sísmico en zonas urbanas está en proceso de desarrollo en la franja fronteriza de Baja California, labores en las que participan especialistas de México y Estados Unidos y que concluirá con un documento dirigido a autoridades gubernamentales.
Luis Humberto Mendoza Garcilazo, investigador del Departamento de Sismología del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), comunicó que el proyecto inició en 2015 y actualmente se encuentra en su segunda fase.
En los trabajos participan científicos e instituciones del sector público y privado de ambos lados de la frontera, quienes están distribuidos en tres grupos de acuerdo con los perfiles profesionales y las tareas de cada una de las etapas del proyecto.
PROYECTO EN TRES GRUPOS
El investigador del CICESE explicó que el primer grupo de trabajo que se conformó para el desarrollo del proyecto, integrado por sismólogos y geólogos, fue el que se encargó de definir el escenario sísmico, para lo que fue seleccionada la falla Cañón de la Rosa, ubicada en el condado de San Diego, en Estados Unidos.
La falla con la cual se modelará un sismo de magnitud de 6.9 tiene una longitud de ruptura de 69 kilómetros y abarca desde la Ciudad de Encinitas al norte del Condado de San Diego, en California, hasta la frontera con Tijuana, Baja California.
Una vez que se definió el escenario, el segundo grupo, integrado en ambos países principalmente por ingenieros y arquitectos, inició el trabajo para contar con un inventario de la zona urbana que especifique cuántos edificios, infraestructura y habitantes pudieran sufrir daños en el municipio de Tijuana, en México, y San Diego, en Estados Unidos.
Mendoza Garcilazo mencionó que para estos trabajos de estimación de daños se utiliza el programa Hazus, desarrollado en Estados Unidos; para su funcionamiento es alimentado con datos reales sobre el inventario de edificios y servicios, para ser sometido a la información correspondiente al escenario sísmico que se está simulando.
Con ello, el programa hace estimaciones y determina si habrá daños o no en una edificación y sus costos de reparación o reconstrucción.
El investigador refirió que los avances en esta fase en México han sido a través de información obtenida del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la proporcionada por autoridades de los sectores salud y educativo.
“Sigue dividir la ciudad por delegaciones o zonas y estamos en la formación de grupos de trabajo que recorran la ciudad para mapear las edificaciones, ubicarlos con un GPS y saber de qué materiales están construidos”, detalló.
REPORTE FINAL
Al término de la segunda etapa del proyecto, la información recabada se entregará al tercer grupo, que contará con la participación de economistas para hacer la estimación de costos por posibles pérdidas.
El investigador del CICESE comentó que junto con estas estimaciones, en la última parte del proyecto se realizarán las recomendaciones a las autoridades gubernamentales de ambos países para que conozcan cómo responder al sismo, tomar medidas preventivas y qué hacer para recuperarse.
“Esto se debe presentar a los tomadores de decisiones y mostrar las consecuencias de un sismo de esas dimensiones para que se implementen las acciones pertinentes. La idea es prepararte antes del golpe y para ello al final se presentarán los resultados en forma de reporte y mapas, para conocimiento de autoridades, instituciones y la comunidad en ambos lados de la frontera”, concluyó.