Un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmara una orden ejecutiva para construir un muro, a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, trabajadores que, al parecer, pertenecen a una concesión federal americana, reforzaron la malla metálica de la cerca que divide a Tijuana, Baja California, con la ciudad de Imperial Beach, California.
La malla, que aparentemente fue reforzada, se encuentra sobre el área de la costa y con esto se impide que cualquier persona introduzca objetos de mediano o gran tamaño a territorio americano
Los primeros planes de gobierno del nuevo mandatario de Estados Unidos han generado opiniones divididas en ciudadanos americanos que visitan o residen en la frontera norte de México.
La mayoría rechaza que se construyan nuevas barreras entre ambos países.
“No está bien porque son ciudades y países vecinos, eso afecta en las relaciones y a nuestras familias”, comentó José Padilla, ciudadano estadounidense.
Algunos consideran que el reforzamiento de la vigilancia migratoria y la eliminación de programas de salud comunitarios no van acordes con los intereses de los ciudadanos estadounidenses.
Jessury González, ciudadana estadounidense, comentó que “es mejor llevarse con él, que estar contra él”.
“Quiere hacer lo que él dice como él dice, pero primero está el Congreso”, indicó Fernando Blanco, ciudadano estadounidense.
La mayoría de los ciudadanos estadounidenses que viajan constantemente a Baja California se pronuncian contra las políticas que no benefician la relación binacional.