Hasta ahora el Holocausto se ha referido al asesinato y comercialización de los cuerpos de los judíos asesinados, este año sin embargo, por lo menos todos los que tenemos un familiar migrante podemos entender lo que le pasó a los judíos en Alemania antes de la guerra.
Ya podemos leer el diario de Ana Frank, porque casi podría ser el diario de cualquier niño en Estados Unidos que sabe que sus padres son ilegales, se despiden por la mañana, -los niños a la escuela, los padres a trabajar- con el miedo de que si los detienen, se lo llevan a quién sabe dónde y no lo van a volver a ver en muchos años.
No, los gringos no lo van a quemar, se lo llevarán a 500 millas de su lugar de residencia, lo van a tener encerrado dos años y luego lo van a deportar. Solo falta el campo de exterminio en medio, que no estamos diciendo que lo vayan a construir, solo que toda la psicología alrededor ya está dada.
Un joven recientemente relató que en Disneyland alguien dijo “a mí no me sirvas comida porque tú eres mexicano, que me sirva alguien más”. Esto es una muestra no necesariamente de lo que representa Trump, pero si de que le está dando alas a la gente para esta actitud racista y discriminatoria y por consiguiente se sienten envalentonados.
Envalentonados unos y con la actitud de persecución de otros, es bien fácil que empiecen a hacer mini redadas locales, que ni siquiera tiene que ser la policía, porque en Estados Unidos un sheriff puede nombrar a ciudadanos comunes como auxiliares para ayudarlo; ni que decir de todos esas personas que andan en sus jeeps cazando mexicanos por deporte pero diciendo que lo hacen por defender a Estados Unidos de vaya usted a saber que.
Esto está llegando a un grado de psicosis grave y a menos que Trump tome medidas al respecto, esto solo va a ir de mal en peor, ya lo dijo esta semana, que no es una prioridad deshacerse de los dreamers. Que ahora diga no hay ninguna urgencia de nada y que no habrá arrestos masivos, eso podría aminorar la psicosis.
No hay que olvidar que el expulsador en jefe número uno fue Obama, la única diferencia es que Obama lo hizo en silencio. Trump no hace eso, lo cual le está dando alas a la xenofobia, con sus continuas declaraciones considerando a los migrantes como causantes de todos los males.
Bien haría el gobierno mexicano en no hablar de dignidad, esta quedó pisoteada desde el momento en que 30 millones de connacionales se tuvieron que ir para sobrevivir,- bien para poder comer o para salvarse de que no los mataran-, esa hay que recuperarla rechazando al gobierno que ha provocado todo esto. Si, Trump tiene su parte de culpa en todo esto, pero de ninguna manera se puede eximir de responsabilidad al gobierno mexicano a quien solo le importan los millones de dólares que mandan los migrantes, sin darse cuenta que inevitablemente las remesas irán disminuyendo ya que los migrantes solo enviarán dinero mientras sus madres estén vivas.
En este momento lo único que queda es que los mexicanos viviendo en Estados Unidos que califiquen para la ciudadanía, hagan su trámite, que no se dejen engañar por vivales que ya están sacando dinero a incautos para “arreglarles papeles”, no permitan que les saquen dinero, en estos momentos nadie sabe para dónde va la pichada; los que estén en proceso, deben de asegurarse de vivir en Estados Unidos y tener documentos que lo prueben; el que no tiene nada, pues ir viendo la manera de comprarse una vivienda o poner un negocio en México porque tarde que temprano puede ser deportado y nadie lo va a ayudar.
Que quede claro que no se está comparando el nivel del holocausto, solo la afectación psicológica que esto provocó y que esta situación nos lleva a comprender mejor.
*El 27 de enero el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, fue elegido por la Asamblea de las Naciones Unidas porque fue el 27 de enero 1945 cuando el Ejército Soviético liberó a los presos del campo de concentración de Auschwitz, con el objetivo ayudar a prevenir los actos de genocidio en el futuro recordando al mundo las lecciones aprendidas del Holocausto y como una forma de concientizar sobre la importancia de los Derechos Humanos.
