París, Madrid y Ciudad de México tienen un problema en común: sus niveles de contaminación del aire son superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los alcaldes de las tres capitales —Anne Hidalgo, Manuela Carmena y Miguel Ángel Mancera— han acordado prohibir la circulación de los vehículos diésel en sus urbes a partir de 2025. El compromiso se ha realizado en la Cumbre de alcaldes C40: Ciudades liderando acciones climáticas, que se celebra esta semana en la Ciudad de México.
El cielo de las tres ciudades se cubre con una boina de gases tóxicos en la época más seca del año y afecta la salud de sus habitantes. “Esta es una crisis global inaceptable y como los alcaldes estamos determinados a actuar”, expone el documento del pacto. El acuerdo de los alcaldes también ancla el compromiso de promover e impulsar el uso de vehículos eléctricos, de hidrógeno e híbridos para desplazar a los automóviles que utilizan combustibles fósiles. Además, han prometido invertir en infraestructura sustentable para mejorar la movilidad de la población.
Los alcaldes han ido más allá del convenio y también harán peticiones a las firmas de la industria automotriz para que contribuyan a la transición de vehículos tradicionales a eléctricos e híbridos. Una demanda que la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, lleva haciendo desde que asumió el cargo en 2014. Hidalgo ha encabezado en Europa una lucha frontal contra el lobby del diésel y desde el 1 de julio consiguió restringir el tránsito de coches diésel de más de 20 años de antigüedad en la capital francesa.
París, que tiene niveles de contaminación aérea 80% mayores a los permitidos, ha impulsado la peatonalización de algunas de sus calles, incluso en medio de la polémica. El Ayuntamiento parisino cerró recientemente la circulación de vehículos a los largo de tres kilómetro en el margen derecho del río Sena. Hidalgo ha presumido en la cumbre de alcaldes que París goza del mejor sistema de transporte público del mundo, ya que todos los habitantes de la ciudad tienen un estación de metro a 10 minutos de cualquier lugar.
Ciudad de México, que ha duplicado los niveles de contaminación del aire recomendados por la OMS, han emprendido la expansión del sistema de transporte metrobús y del sistema de bicicletas compartidas. El jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, ha insistido en que el cambio climático es una realidad que se produce en las calles de las grandes ciudades y que debe ser atendida con urgencia.
En la capital de México se han implementado restricciones de circulación para automóviles una o dos veces por semana, según la antigüedad del vehículo. Mientras que en Madrid, el Ayuntamiento ha creado zonas de bajas emisiones de carbono en el centro de la ciudad. La capital española podría conseguir su objetivo de limitar el tráfico de vehículos diésel en 2020, cinco años antes del compromiso fijado con sus pares de París y Ciudad de México.
“La calidad del aire que respiramos en nuestras ciudades está directamente relacionada con la lucha contra el cambio climático. En la medida en que reduzcamos las emisiones de gases de efecto invernadero generadas en nuestras ciudades,nuestro aire será más limpio y nuestros niños, abuelos y vecinos tendrán mejor salud”, apunta el pacto.
La C40 se ha reunido durante dos días en Ciudad de México para acordar la hoja de ruta para cumplir con la meta del Acuerdo de la Cumbre del Clima de París de no exceder el aumento de la temperatura global en 1,5 grados centígrados. En la cumbre, los alcaldes de 86 ciudades han acordado un plan de cuatro años para reducir a la mitad las emisiones de carbono, con una financiación de 375.000 millones de dólares.