A poco más de un mes de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos, uno de los temas que más polémica ha causado es sobre qué acciones hará o tomará sobre las remesas familiares.
Esto porque, recordemos, durante su campaña presidencial mencionó que las ‘confiscaría’ para construir el muro fronterizo, y después que les aplicaría un impuesto, el cual sería destinado para ese fin. Lo cierto es que para las grandes empresas ‘remesadoras’, e incluso para los paisanos, este no es un tema central de preocupación.
Primero, porque quizás pocos sepan que en Estados Unidos, al menos en un par de estados como Oklahoma por ejemplo, ya se aplica un gravamen al envío de remesas, el cual es cobrado por el gobierno estatal y este recurso va a sus arcas, por lo que estiman que si se llegará a aplicar en todo el país se tendrían que cambiar sistemas en las empresas de envío de dinero y cobrar como ya se hace en esos estados, lo que sin duda significaría un aumento en el costo de la transacción que —dependiendo el monto que se llegara a establecer— se vería si es asumido por la ‘remesadora’ o trasladado al migrante.
Por el lado de los migrantes, aunque parezca increíble, en encuestas levantadas en los meses de diciembre y enero de 2014 a 2016, entre los migrantes originarios de México, República Dominicana, Honduras y El Salvador, al preguntarles cuántos dólares pagan los remitentes por mandar las remesas a sus países de origen, respondieron que entre cinco y 20 dólares, aunque puede ser menor el costo, pero lo más importante es que más de 70 por ciento respondió que los envíos de remesas a sus países de origen son “baratos” o “muy baratos”, y una mínima cantidad (3.0 por ciento) opinó era “caro”.
Por ejemplo, para Western Unión —una de las ‘remesadoras’ más importantes del mundo, con presencia en más de 200 países— este no es un tema en el que estén centrados, más bien están en el proceso de crecer su red de distribución y pago de remesas en ambos lados de la frontera.
Con crecimientos por encima del mercado, para Western Unión los dichos del presidente electo Trump hasta hoy no han hecho que cambien sus proyectos en el país. Por el contrario, en México siguen buscando alianzas con las principales cadenas, y entre 26 y 27 de diciembre ya tendrán lista su aplicación para celular, con el cual el receptor de la remesa en nuestro país podrá recibir los datos de la transferencia y decidir en dónde y cómo cobrarla o depositarla en su cuenta bancaria.
Por ello el que avance un impuesto, aunque puede resultar escandaloso, es algo que no es nuevo. En 2004 el congresista republicano Tom Tancredo propuso aplicar un gravamen de 5.0 por ciento a las remesas, y hoy quizás podría volverse realidad ese proyecto. Pero ese escenario, al menos por el momento, parece no ser un motivo de preocupación, sino ver que en México sus familiares reciban de manera más rápida y segura sus remesas. Por lo pronto, la moneda está en el aire.
Twitter: @JLeyvaReus