Organizar y reorientar la enseñanza, mantener firme la investigación y propiciar la innovación, proveer de una formación más sustentable, así como formar profesionistas con un perfil de respeto y tolerancia para con la sociedad y los individuos, son los retos que hoy en día enfrenta la educación superior en nuestro país.
En el marco de Tijuana Innovadora 2016, en su programa dedicado a la “Sustentabilidad”, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Luis Enrique Graue Wiechars, ofreció una Conferencia Magistral en donde fijó las pautas para esta y el resto de las universidades públicas de cara a los tiempos actuales, donde el financiamiento sostenible es imprescindible para una educación de alta calidad.
“Pero si no crece la economía familiar es muy difícil. Esta globalización, que es más económica, de más comercio, pero los ricos son más ricos y los pobres son más pobres, la globalización no ha sido pareja”, lamentó.
Dijo que si bien el presupuesto no se recortó -en el caso de la UNAM, sí en otras- es necesario incrementarlo para seguir creciendo a un ritmo sostenido, lo cual no va a suceder. Ejemplificó que mientras el promedio que los países del primer mundo invierten en educación de cada estudiante desde primaria hasta la educación superior es de más de 10 mil dólares, más de 20 mil en el caso de Suiza y Luxemburgo, en México se destinan poco más de 3 mil dólares al alumno.
Ahora solamente se atiende a la tercer parte de la población en edad de cursar una carrera profesional, informó, y tan sólo para alcanzar el 40 por ciento de la cobertura para el 2018 se necesitarían incrementar 250 mil lugares al año para las licenciaturas. Si en este aspecto el panorama es poco alentador, “el escenario de la investigación en México es complicado”, acotó.
Ejemplificó el caso del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que sufrió una disminución presupuestal del 23.2 por ciento, cuando el compromiso es no dejar de atender, preservar y promover la investigación. Además que a nuestra investigación ha padecido históricamente la falta de innovación.
“Yo diría que a nuestros investigadores no están acostumbrados a innovar, a veces se meten mucho en el problema que han venido trabajando toda la vida, por eso hay que propiciar la investigación en grupos, para poder intervenir y resolver problemas”.
Indicó que mientras el 10 por ciento de las patentes que se otorgan en el país son para investigadores nacionales, el 22 y 18 por ciento son para brasileños o hindúes, “México tiene 150 patentes, Brasil tiene el doble”.
“La innovación es para generar riqueza, para resolver problemas complejos, pero no somos un país innovador, comparado con otros. Tenemos que dar mayor apoyo para que innovar, para aquellos investigaciones orientadas a resolver problemas nacionales”, indicó.
Pero no solo la universidad, todos tenemos que hacer. En eso sentidos yo creo que Tijuana Innovadora es un ejemplo nacional, con estos jóvenes aquí, haciendo proyectos distintos, sustentables, innovadores, eso es lo que todos debemos hacer”.