Daniel Suárez hizo lo que parecía imposible para un mexicano. El piloto de 24 años se convirtió el sábado en el primer campeón extranjero en la historia de la NASCAR, el deporte más genuinamente americano, conservador y monocolor de Estados Unidos. Suárez ‘derribó el muro’ de una competición cuyo presidente, Brian France, y algunas de sus figuras más conocidas expresaron públicamente su apoyo a Donald Trump durante la campaña electoral.
El ahora presidente de Estados Unidos, que tachó a los inmigrantes mexicanos de «criminales y violadores», y prometió la construcción de un muro en la frontera, se proclamaba como el candidato preferido de la NASCAR, algo que no es de extrañar en un deporte amado por la clase rural trabajadora del interior del país, los llamados ‘redneck’ (cuello rojo), y ligado a los valores tradicionales de la familia.
El ‘Charlotte Observer’, el periódico más leído en Carolina del Norte y Carolina del Sur, comprobaba hace un mes por qué la NASCAR es uno de los últimos santuarios del republicanismo.
Tras una encuesta realizada en el Talladega Superspeedway, el tríovalo de Alabama donde se disputan dos de las pruebas más importantes de la NASCAR, el reportero se sorprendía al no encontrar a nadie que apoyara a Hillary Clinton.
«La mentalidad de los aficionados de la NASCAR es más conservadora», decía un hombre procedente de Lancaster, en el estado de Kentucky.
El autor del reportaje recordaba que en los autódromos del sur de Estados Unidos siguen ondeando banderas confederadas a pesar de las peticiones de la NASCAR para disuadir a los sureños más nostálgicos. «La NASCAR siempre ha tenido esa atmósfera cercana y familiar. Es una especie de comunidad religiosa, con un servicio dominical al que puedes asistir si quieres.
Ese es el tipo de cosas que creo que Donald Trump quiere para nosotros, que Estados Unidos vuelva a ser así», explicaba un aficionado de Alabama.Parece increíble que en medio de ese escenario tan impermeable y reacio a cualquier influencia externa, Daniel Suárez fuese capaz de conseguir lo que nunca antes había logrado un piloto extranjero.
Y lo más sorprendente es que el mexicano se lo debe a un programa por la diversidad, ‘Drive for Diversity’, puesto en marcha por el propio Brian France para proporcionar apoyo financiero a las mujeres y pilotos de las minorías que quieren entrar en la NASCAR.
France, que tuvo que dar explicaciones por su apoyo a Donald Trump, matizó que no compartía «todos los puntos de vista» del republicano «ni sus opiniones sobre inmigración». «Francamente, es absurdo que mis esfuerzos por fomentar la diversidad en toda mi carrera hayan sido puestos en duda por esto», afirmó.Suárez se desmarcó del apoyo de la NASCAR a Trump. «Creo que Estados Unidos es un país que ha crecido mucho gracias a los inmigrantes y eso es de recalcarse.
Lo único que puedo decir es que estoy súper orgulloso de ser mexicano, de ser un piloto latinoamericano en Estados Unidos», afirmó el nuevo campeón de la NASCAR Xfinity. «Quién sabe si yo estaría aquí de no ser mexicano.
He sido afortunado por tener mucho apoyo en Estados Unidos y de la NASCAR en los últimos cuatro años. No habría tenido las mismas oportunidades si no hubiera nacido en México», añadió Suárez, quien se trasladó a Carolina del Norte en 2011 después de que su padre hipotecase la casa familiar en Monterrey para financiar la carrera de Daniel.
La histórica hazaña de Suárez tiene un enorme valor simbólico después del triunfo de Trump y es el espaldarazo a la contribución y la imagen de los mexicanos en Estados Unidos.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, fue uno de los primeros en felicitar al joven piloto a través de Twitter. «Un orgullo para México y Latinoamérica el éxito de Daniel Suárez en NASCAR. ¡Muchas felicidades!», decía el mensaje institucional, a lo que Suárez contestó: «Gracias, señor presidente».