Jackson Hole, ubicado en Wyoming, ese uno de los diez paraísos de nieve para los amantes del ski y de los deportes invernales. A pesar de que los retos de gran parte de la montaña son sólo para expertos esquiadores, es un lugar donde se viven aventuras y actividades para personas de todas las edades, como el Kids’ Ranch ski, el programa de práctica de snowboard para principiantes, el Campamento para mujeres, y los campamentos Steep and Deep y el Backcountry.
Su ubicación en el estado menos poblado del país, permite deslizarse en los más de 1200 metros de terreno vertical sin grandes multitudes, y además le confiere un encanto salvaje y natural, pues es un lugar en el que se puede admirar la majestuosa fauna que habita en libertad en la montaña. Aquí, confundidos entre los idílicos paisajes nevados, se admiran bisontes, alces, renos y lobos, que deambulan por la zona al recorrer los grandes parques nacionales de Yellowstone y Grand Teton.
Al pie de las imponentes montañas, en las que se admiran los hilos de nieve acumulados, se encuentra Teton Village, hogar de las más exquisitas propiedades, que durante las noches se vive como un resplandor luminiscente entre los pinos y bajo el inmenso cielo azul. Sin importar la hora del día, se disfrutan las lujosas y múltiples amenidades pensadas en consentir a los visitantes. La alegría que se obtiene al construir un muñeco de nieve o al lanzarse bolas de nieve, se complementa con el placer de disfrutar del jacuzzi al aire libre, y de fusionarse en su ambientación de tipo viejo oeste. Para convertirse en parte activa de su ambientación, bien vale comprarse una auténticas botas vaqueras y un clásico sombrero texano.
Una de sus grandes atracciones, es descubrir el valle desde las alturas, a bordo de su Tram Big Red, con el que accede a la montaña para iniciar el descenso. Tiene una capacidad para que cien personas se maravillen desde un ángulo diferente de la belleza de Jackson Hole. Aunque jugar y deslizarse en la nieve es una delicia por sí misma, estar en un terreno montañoso no significa que el estilo se deje de lado, así que el lujo y las compras en Jackson Hole son la cúspide de la felicidad.
La selección de única de boutiques de diseñadores de lujo conviven con galerías de arte, así como con bares y restaurantes con especialidades regionales y con nuevos sabores del oeste, preparados con ingredientes frescos y locales.
Para los amantes de las actividades culturales hay festivales artísticos y actividades de música, danza, teatro y reuniones para los pensadores que gustan de compartir sus conocimientos e ideas en un ambiente bohemio.