Donald J. Trump, el candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, dijo que el empresario mexicano Carlos Slim está detrás de la difusión de un reportaje que publicó el periódico The New York Times hace un par de días, en el que dos mujeres revelaron que sufrieron ataques sexuales por parte del empresario convertido en político.
Trump hizo su el señalamiento bajo la premisa de que el empresario mexicano es uno de los principales accionistas, con un interés de cerca de 17%, en el diario estadounidense.
“El accionista más grande del Times es Carlos Slim y, como saben, Carlos Slim es de México; él ha dado muchos millones de dólares a los Clinton y a su fundación. Los reporteros del The New York Times no son periodistas, son cabilderos corporativos que trabajan para Carlos Slim y para Hillary Clinton”, dijo el aspirante republicano durante un acto de campaña en Carolina del Norte.
Claro que Trump prefirió ignorar que el interés que tiene Slim en la empresa de medios estadounidense es vía acciones sin derecho a influir en el contenido editorial del principal diario estadounidense.
Ayer, The New York Times dijo en una carta a los abogados de Trump que no retiraría el reportaje sobre las dos mujeres acusándolo de ser un atacante sexual, en respuesta a la amenaza que hicieron de demandar a la publicación por difamación.
The New York Times incluso invitó a Trump a presentar su querella para enfrentarse en las cortes.
“Damos la bienvenida a que un tribunal pueda dejar en claro las cosas”, escribió David E. McCraw, el vicepresidente y consejero legal asistente de The New York Times, en la carta de respuesta a los abogados de Trump.
Claro que la intención de Trump de señalar a Slim como el responsable de los artículos en su contra, es sólo reiterar su postura de ser un hombre ajeno al sistema –aunque se ha beneficiado de él– y de ser quien busca construir un muro en la frontera con México para evitar la llegada de más trabajadores migrantes, una postura que le ha ganado el favor de algunos grupos de electores lastimados por una economía en transformación.
“Atacar el multimillonario mexicano permitiría a Trump golpear varios objetivos”, dijo un asesor de campaña del candidato republicano al diario The Wall Street Journal.
Slim sí ha donado fondos, entre 250 y 500 mil dólares, a la Fundación de Bill y Hillary Clinton. Sin embargo, Arturo Elias Ayub, vocero de Slim, negó que el empresario mexicano tenga injerencia en el proceso electoral de Estados Unidos.
«Esto es totalmente falso. Por supuesto que no estamos interfiriendo en las elecciones de Estados Unidos. Ni siquiera estamos activos en la política mexicana», dijo al diario especializado, agregando que las contribuciones de Slim a la Fundación Clinton son por el interés del empresario en las múltiples actividades de beneficencia que realiza esa dependencia.
Por su parte, The New York Times, también negó que su accionista principal haya tratado de influir en la línea editorial del periódico.
«Carlos Slim es un excelente accionista que respeta plenamente los límites en cuanto a la independencia de nuestro periodismo», dijo el publisher de The New York Times, Arthur Sulzberger Jr., en un comunicado. «Nunca ha tratado de influir en lo que se reporta».
The New York Times incluso publicó un artículo crítico de Slim recientemente, en el que dejaba ver que había logrado acumular parte de su fortuna gracias al trato preferencial que le dio el Estado mexicano.
La decisión de Trump de señalar a Slim como la mano que mece la cuna parece cada vez más una medida desesperada ante su caída en las preferencias electorales, más cuando hoy otra mujer, Summer Zervos, quien apareció junto al candidato republicano en el programa de televisión The Apprentice, reveló ante los medios que también sufrió de acoso sexual.
Trump negó también que haya abusado de Zervos, como también lo hizo en el caso de las dos mujeres que revelaron las actitudes abusivas del candidato republicano al periódico The New York Times.