Como parte del Proyecto Transneptunian Automated Occultation Survey (TAOS II) que se realiza entre México y la República de China, se espera que a finales de este año se instale un telescopio en el Observatorio Astronómico Nacional (OAN) localizado en San Pedro Mártir, Baja California.
Se trata del primero de los tres telescopios que se tienen contemplados en el territorio nacional, como resultado de la colaboración entre instituciones académicas de ambos países.
En nuestro país, la colaboración se establece a través del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en la República de China es con la Academia Sínica, Instituto de Astronomía y Astrofísica con sede en Taiwán.
El proyecto TAOS inició en México su segunda fase en 2011 y tiene por objetivo principal la observación de ocultaciones estelares de objetos transneptunianos –ubicados en una órbita más allá de la del planeta Neptuno–, durante un periodo de cinco años.
Se podrá contemplar todo lo relacionado con dichos objetos a través de tres telescopios robóticos con un espejo de 1.3 metros de diámetro cada uno.
En entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el jefe del OAN e investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM (IAUNAM), campus Ensenada, Mauricio Reyes, dijo que los tres telescopios construidos en Estados Unidos están listos para enviarse a México.
Mientras que en San Pedro Mártir, la construcción avanza tan rápido como las condiciones climáticas lo permiten, mencionó el investigador.
El científico añadió que el objetivo del proyecto TAOS II es determinar el número y distribución de los objetos transneptunianos, porque están más allá de la órbita de Neptuno.
Reyes explicó que las funciones del telescopio son observar secciones del cielo muy grandes, como unas 10 veces el tamaño de la Luna, y monitorea cómo varía el brillo de decenas de miles de estrellas en esa sección del cielo, con mucha precisión.
Comentó que cuando un objeto transneptuniano en el sistema solar –una roca de alrededor de un kilómetro de diámetro– pasa y bloquea la luz de una estrella, hay una momentánea reducción del flujo de la luz de esa estrella y es cuando se detecta una ocultación.
El especialista resaltó que el proyecto TAOS durará cinco años y todas las noches, durante este periodo, trabajará de esta forma, pues es algo que no lo puede hacer un observador humano.
Por otro lado, refirió que la cantidad de información que se va a generar en este proyecto es enorme, “estamos hablando de que cada noche el proyecto producirá dos discos duros de dos terabytes; a lo largo de un año estamos hablando de 700 discos duros y a lo largo de cinco años estás hablando de tres mil 500 discos duros”.
Reyes destacó que este proyecto, como muchos otros que se construyen en San Pedro Mártir, son colaboraciones internacionales.
En este caso en particular -dijo- los socios con los que se trabaja son en su mayoría de Taiwán, de una institución que se llama la Academia Sínica de Taiwán, y participa también Estados Unidos en una proporción mucho menor.
Debido a que el grueso de los fondos del proyecto, alrededor de 90 por ciento, proviene de científicos taiwaneses.
Tanto en el desarrollo de las instalaciones, en la construcción, como después en el aprovechamiento científico de los resultados del proyecto, se trabaja de la mano con ellos, apuntó.
“Nosotros tenemos nuestro equipo de trabajo en México, ellos tienen el suyo y nos reunimos de manera periódica, cada uno resolviendo un aspecto diferente del problema”, puntualizó.